En concreto, el rendimiento sobre el patrimonio tangible (ROTE), uno de los indicadores más utilizados para medir la maltrecha rentabilidad del negocio bancario, sufre una matización respecto a la misma presentación realizada hace un año. Entonces, la meta de Banco Santander era que se situara en el 13%, mientras que con esta revisión se queda en que supere el 11%. Al término del primer semestre, el ROTE se quedó en el 11,1%, en la misma línea que en los seis primeros meses de 2015.
La meta de Banco Santander era que el ROTE se situara en el 13% en 2018, mientras que con esta revisión se queda en que supere el 11%

El otro elemento que sufre un cambio es el objetivo de eficiencia, medido por el ratio de costes respecto a los ingresos. Es decir, los costes que ha tenido que asumir una entidad para generar los ingresos de determinado periodo. El objetivo ahora es que en 2018 se sitúe en el rango entre el 45% y el 47%, mientras que la meta que mantenía para ese ejercicio el pasado año era que no alcanzara el 45%.
Son así dos matices en la presentación realizada ante los inversores por la presidenta, Ana Patricia Botín, y por el consejero delegado, José Antonio Álvarez. La alta dirección del banco actualizó la visión del Plan Estratégico 2016-2017, en el que asegura que “está cumpliendo sus objetivos financieros pese al entorno macroeconómico más difícil”.
Así, Santander reafirma el compromiso de incrementar el dividendo y el beneficio por acción (BPA) tanto en este como en los dos próximos ejercicios. En los seis primeros meses del año, el BPA fue de 0,19 euros por cada título y el dividendo de 0,4 euros, con un pay-out de entre el 30% y el 40%. La presentación, además, recalca que entre un grupo de grandes bancos los beneficios de Santander son los que sufren menos volatilidad y po9r lo tanto son más predecibles.
GOLPE DEL BREXIT
“En el último año se han deteriorado las expectativas de crecimiento en varios países en los que opera el grupo, especialmente en Reino Unido”, reconoce Santander. “Esto ha provocado la depreciación de buena parte de las divisas frente al euro y que las expectativas de bajos tipos de interés se prolonguen en el tiempo. Además, es previsible que en los próximos años continúe la incertidumbre regulatoria y el aumento de la presión fiscal en algunos mercados”, agrega la entidad en un comunicado.
Pese a este entorno, además de confirmar los objetivos de beneficio también espera aumentar la base de clientes vinculados hasta los 18,5 millones en 2018, lo que supondría un 28% más respecto a los 14,4 millones en junio de este año. Además, en este periodo espera que los clientes digitales se dupliquen para alcanzar los 30 millones.