Santander se mueve como pez en el agua en los entresijos de las grandes operaciones. Ya lo demostró con la fusión con Central Hispano en 1999, donde nada de ello se había filtrado hasta que se anunció en enero de aquel año. Y ahora en plena digestión del Banco Popular se ha apartado de los procesos de integración. Pero ahora podría estar jugando un papel importante en la ruptura del BBVA y el Sabadell. Desde los que afirman que está interesado en la compra del británico TSB a la entidad de Josep Oliú hasta los que le muestran como presunto candidato a absorberlo.
Así las cosas, mientras gestiona con ya la oposición de los sindicatos a sus condiciones, el ERE para 4.000 trabajadores y la recolocación de 1.100 empleados más, el valor se mueve como pez en el agua en un mercado que le ha sido adverso desde lo peor de la pandemia. En noviembre rebota de forma sustancial un 42% se aleja de mínimos anuales en un 68% y de paso consigue otro doblete: reducir sus pérdidas en lo que llevamos de 2020 hasta el 32% y elevar su disminuida capitalización hasta los 40.170 millones.
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En cuanto a recomendaciones, destacar la mejora en el precio objetivo por parte de Citi hasta los 2,35 euros desde los 1,75 euros a pesar de que rebasa esa cota en el mercado, con consejo de neutral. Desde el banco estadounidense consideran que bajará su ratio de capital hasta el 11,5 % y revisan sus estimaciones de BPA: 0% para 2020, 2% para 2021, 1% para 2022 y 0% en 2023.
“Por desgracia para el Santander y el resto de los bancos en los próximos años- nos dice el estratega de XTB Juan Pablo Gil Gómez - no veo cambios, porque el BCE, a instancias de la pauta establecida por la FED con respecto del control de la inflación, que solo controlará que no supere el 2% a largo plazo, sigue este movimiento drástico. Su referente es Jerome Powell y Christine Lagarde, en el mejor de lo casos, está abriendo la puerta a que no suban los tipos en 3 o 4 años al menos. Incluso el BCE señala que no tiene ningún inconveniente en ampliar las medidas y entrar con tasas de interés negativas. Por lo que si me preguntan si vamos a estar cerca de ver los tipos en tasas positivas, la respuesta es no. Creo que hasta 2025 no se van a producir subidas en los tipos”.
María Mira nos indica que “en una valoración por ratios y bajo previsión de BPA de 0,25€/acción para el cierre de 2021 ( en base al beneficio atribuido que incluye no solo el beneficio ordinario sino también el efecto de saneamientos y extraordinarios), la valoración del mercado parece justificada dado que la incertidumbre es por el momento muy elevada y las estimaciones tienen baja consistencia. Para 2020 todo apunta a un cierre en rojo en cuanto al resultado atribuido”
La analista fundamental de Estrategias de Inversión nos indica que “por Valor contable la valoración del mercado es muy escasa, no alcanza ni las 0,30v el PVC, si bien es una infravaloración general en el sector y justificada por las malas previsiones, la curva de tipos estancada en mínimos, el riesgo por aumento de mora y una segunda ola del COVID-19 que no da tregua con el consiguiente impacto en la economía”.
Santander presenta “la acumulación de abultadas lecturas de sobrecompra en osciladores, una reducción importante en la actividad de contratación y la incapacidad del precio de superar los 2,52 euros por acción permiten priorizar un escenario de consolidación en el corto plazo hasta el soporte de los 2,1445 euros por acción que permita comenzar a purgar los abultados excesos acumulados en el último impulso alcista” nos cuenta el analista técnico de Ei, José Antonio González.
Santander en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Según nos señalan nuestros indicadores técnicos premium Santander mejora su puntuación que sin embargo sigue siendo muy baja: de 4 sobre 10 puntos posibles. Con tendencia a medio plazo alcista, momento total rápido positivo y volumen de negocio creciente a medio plazo. En el otro lado encontramos que la tendencia a largo plazo es bajista, el movimiento total lento es negativo, al igual que el volumen decreciente a largo plazo y la volatilidad en sus dos vertientes, tanto a medio como a largo plazo que se muestra creciente.