La gestora de fondos de Banco Santander, integrada en la división Wealth Managemet & Insurance, está avanzando en su estrategia de inversión en activos no cotizados. Santander Asset Management (SAM) tiene como uno de sus principales objetivos para el próximo año intensificar su oferta para inversores institucionales a través de la venta de fondos invertidos en activos ilíquidos. Con este propósito, va a lanzar tres nuevos productos a principios de 2021. Los bajos tipos de interés han provocado que las gestoras de fondos busquen como alternativa para sus clientes más sofisticados inversiones en capital riesgo, fondos de deuda privada, fondos inmobiliarios y otro tipo de activos que no cotizan en los mercados convencionales.
SAM tiene tres productos de este tipo en la parrilla de salida. El primero será un fondo invertido en otros vehículos de deuda, y que ya cuenta con un compromiso de inversión de institucionales de alrededor de 80 millones de euros. En segundo lugar, la gestora lanzará un fondo de trade finance, que tradicionalmente ha estado ligado exclusivamente al ámbito bancario. Se trata de un producto idóneo para gestionar la liquidez a corto plazo y cuyo riesgo será similar a uno de invertido en deuda de alta calidad. De hecho, el pasado verano, fichó a Bertrand de Cominges, un profesional de reconocido prestigio, como Global Head of Trade Finance Investment. Y el tercero es un fondo invertido en infraestructuras, con 20 años de vida y que ofrecerá un retorno del 2,5%. Este fondo estará domiciliado en Luxemburgo, y se gestionará desde Santander UK.
Estos tres productos se unen al fondo que la gestora de Banco Santander lanzó a principios de octubre, el Alternative Leasing, que tiene el foco puesto en la financiación de pymes y en el que el banco ha comprometido ya una inversión de 300 millones de euros en una muestra más de su apuesta por las pymes como soporte del tejido económico. Este fondo, que ya ha sido inscrito en el registro de la CNMV, pretende alcanzar un volumen máximo de 750 millones de euros y está dirigido a inversores institucionales que buscan diversificar su inversión hacia las pymes mayoritariamente españolas y, en menor medida, de Portugal, Francia y Benelux. El producto tiene un mínimo del 80% de exposición en financiación a través de contratos de arrendamiento financiero en forma de compra y posterior arrendamiento de maquinaria y equipamiento industrial nuevo o existente en el balance de las empresas y hasta un 20% en bonos no cotizados y/o en préstamos. El fondo contará con alrededor de 50 inversiones, con un vencimiento máximo de ocho años y un tamaño medio de cada una de ellas de entre 10 y 15 millones. La meta es alcanzar una rentabilidad neta, no garantizada, superior al 5% y puede invertir en cualquier sector, salvo los restringidos (compañías que operen en ámbitos con riesgo reputacional, medioambiental, con tecnologías no contrastadas, entre otras.). El fondo Alternative Leasing está gestionado por el equipo de Alternativos Ilíquidos de SAM, liderado por Borja Díaz-Llanos, que se incorporó a la entidad hace ahora un año procedente de Deutsche Bank. Junto a él, pilotan el fondo de inversión Gonzalo Colino (portfolio manager), Pedro Martín (senior analyst) y Jesús Portomarín (riesgos).
Gran parte de estas soluciones de inversión, principalmente enfocadas en activos de crédito, se diseñan en estrecha colaboración con Santander Corporate & Investment Banking, donde la entidad es líder en originación de deuda de infraestructura, trade finance y financiación a pymes, entre otros. Los tres fondos, y el producto de pymes Alternative Leasing, están orientados a inversores institucionales, como fondos de pensiones, aseguradoras, fondos soberanos, corporaciones y family offices.
Además, la gestora del Banco Santander está estudiando lanzar en formato joint venture otros productos en 2021, como un fondo de energías renovables, otro de infraestructuras o un fondo de venture capital de fintech.
Santander Asset Management creó la división de Alternativos Ilíquidos a finales de 2019, con el objetivo de ofrecer a los inversores activos alternativos a los tradicionales, en el actual entorno de tipos de interés en mínimos históricos. El lanzamiento de esta área, que cuenta ya con un equipo de alrededor de 20 profesionales repartido en España, Reino Unido y Latinoamérica, forma parte del profundo proceso de transformación que está acometiendo la gestora desde la llegada de Mariano Belinky, consejero delegado global de SAM, y Víctor Matarranz, responsable de Wealth Management & Insurance, unidad en la que está integrado el negocio de gestión de activos, banca privada y seguros de Grupo Santander. Actualmente, Santander AM acumula ya un patrimonio superior a los 1.000 millones de euros en activos ilíquidos y tiene comprometidos otros 400 millones de euros.
Dentro de esta estrategia de ampliar la gama de productos para los clientes institucionales, el pasado mes de marzo SAM lanzó su primer fondo de inversión libre desde 2008: el Santander Patrimonio Diversificado FIL. Este producto, gestionado por Javier Mazarredo, tiene el objetivo de diversificar en activos y geografías para mejorar la combinación riesgo/beneficio de la cartera. Invierte en renta fija, renta variable y fondos de retorno absoluto y en vehículos del mercado inmobiliario y otros activos alternativos como fondos de capital riesgo, fondos de deuda privada, fondos de préstamos, fondos de infraestructuras, entre otros. Se limita a un máximo del 5% el peso de cada una de las inversiones con la intención de asegurar la diversificación de la cartera. Con ello, se pretende aumentar la probabilidad de obtener una mejor conjunción entre rentabilidad y riesgo gracias a la distinta naturaleza de las inversiones. La mezcla de activos tradicionales con inversiones alternativas, en activos reales o menos líquidos, supone una oferta muy diferencial respecto al resto de los fondos de inversión que existen en la industria. Por áreas geográficas, la cartera está repartida entre Europa, EEUU, Japón y países emergentes.
Por último, y para los inversores más conservadores, la gestora de Banco Santander ha centrado este año su oferta en los fondos de rentabilidad objetivo, un producto para protegerse de los vaivenes de los mercados. Este mes, registró en la CNMV el Santander Horizonte 2027, un producto con vencimiento en enero de 2027 y cuya comercialización se extenderá hasta mediados de febrero de 2021. Este nuevo producto plantea cinco reembolsos obligatorios de participaciones a lo largo de la vida del producto por un importe bruto de 0,27% sobre la inversión mantenida en el fondo. En este sentido, la gestora calcula una TAE no garantizada del 0,23%. El fondo invierte principalmente en renta fija privada (incluidos depósitos y cédulas hipotecarias, no titulizaciones) de la OCDE. También en deuda de estados de la Unión Europea, Comunidades Autónomas y liquidez. La gestora no exige un mínimo de inversión para acceder al fondo. La comisión de gestión es del 0,17% y la depositaría del 0,04%, mientras que la de reembolso se sitúa en el 3%.
En lo que va de año, SAM ha lanzado al menos cinco fondos de rentabilidad objetivo y, según los datos de Inverco, ha captado en esta gama de productos más de 1.900 millones de euros.