Carlos Muñoz, CEO de Volotea, empezó trabajando en la empresa familiar, que poco tenía que ver con la aviación. Hizo un máster en Harvard, donde asegura que le contagiaron mucho “el gen emprendedor”. Como sabía que la empresa de su familia estaba en buenas manos, y después de esas alas que había adquirido en Harvard, se plantea la posibilidad de hacer su propia empresa. Por casualidad, como dice él, creó la primera aerolínea low cost del suroeste de Europa, Vueling. 

Pese a que con Vueling no le costó mucho tiempo conseguir financiación, con Volotea indica que sí tardó más, debido a que era un momento delicado post crisis 2008. “Vueling había sido una gran inversión. Hay que estar en un buen momento, donde es relativamente fácil levantar capital”. Para formar su equipo, sin embargo, pasó lo contrario. en la segunda compañía costó mucho menos que en la primera, debido a lo que él llama el “valor demostrado”. En el equipo inicial de Volotea, formado por 17 personas, 14 habían trabajado juntos en Vueling. “Tuvimos prejubilados de Iberia que aportaron una experiencia brutal, junto con jóvenes con ganas de innovar”.

Ahora, asegura, a medio plazo, pone la vista en su salida a bolsa, el camino natural para Volotea, pero todo lleva su preparación y quiere tener “la casa bien ordenada”: dejarte conocer por los inversores institucionales, aunque no estés saliendo todavía, para que te coloquen en el radar. "Salir a bolsa es una opción muy buena y natural para proyectos de emprendedores con private equity”.

El modelo de negocio de Volotea se basa en conectar ciudades medianas europeas sin la necesidad de pasar por grandes hubs. Su principal mercado es Francia, donde tienen 10 bases y transportan 7,5 millones de pasajeros al año.

Muñoz explica que el potencial de crecimiento es enorme: “Nosotros analizamos siempre base de datos y vemos, analizamos cada seis meses un total de 10.000 posibles rutas, y de esas 10.000 hay entre 1.100 y 1.200 que nos encantan, que nos gustaría lanzarlas mañana”.

El impacto ambiental de las aerolíneas siempre es un tema de debate. Muñoz explica que aunque el sector representa únicamente el 3% de las emisiones globales de COâ‚‚, la percepción pública suele ser mucho más alta, de hasta el 30%. Aun así, se encuentra a favor de las normativas que regulan la polución, como la adopción de combustibles sostenibles. “Quiero mantener la conectividad y cuidar la marca medioambiental”.

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