Manuel Manrique acusó a Moreno Carretero de “dañar gravemente la imagen y reputación de Sacyr”, al tiempo que el malagueño amenazó con llevar a la compañía a los tribunales y llegó a calificar como “atropello” su salida del consejo de administración de Sacyr. La junta de Sacyr también aprobó promover una acción social de responsabilidad contra el exconsejero.
Lo cierto es que Moreno Carretero controla el 14,2% de las acciones de la constructora a través de su sociedad instrumental Beta Asociados. Sólo el 5% de los títulos los controla de forma directa y el resto a través de contratos de préstamos de acciones. La intención del constructor es tomar esas acciones de forma directa y así hacer valer su peso en el consejo, dado que los estatutos de Sacyr sólo tienen en cuenta la posesión directa del capital para dar representación en el consejo de administración.
Moreno Carretero asegura que ha apoyado a la compañía en sus momentos más débiles, dice que esta “saneada” pero asegura que debe trabajar para elevar el valor de la acción y aumentar el negocio constructor. El ex ingeniero de Ferrovial además plantea que Sacyr cuente con la figura del consejero delegado como otras compañías del sector, con el objetivo de preparar la transición del presidente Manuel Manrique.
La situación en bolsa de Sacyr es mejor que la se vive en su cúpula. Las acciones avanzan en lo que va de año un 10,35%, que le dejan como la tercera constructora que más se revaloriza en el año en la bolsa española. El consenso de los analistas de Reuters le dan un potencial de revalorización del 12% a los títulos de Sacyr y colocan el cartel de ‘mantener’ las acciones en cartera. Además cuenta con un PER (ratio precio-beneficio) de 6,6 veces para este 2018 y de 6,7 veces para 2019, según los datos de Bloomberg. La rentabilidad por dividendo de Sacyr es del 2%.
En los indicadores técnicos de Estrategias de Inversión, que recogen el momento de una compañía según sus últimas 200 sesiones bursátiles, las acciones de Sacyr cuenta con una nota de nueve sobre diez y tendencia alcista tanto en el medio como en el largo plazo. El único parámetro que está en rojo en estos filtros técnicos es el volumen a largo plazo que es decreciente.
OHL, por su parte, no puede decir lo mismo. Pese a la buena acogida por el mercado de su plan de desinversiones y la venta de su filial OHL Concesiones al fondo australiano IFM por 2.253 millones de euros, las acciones sufren un desplome cercano al 37% en lo que va de año. Entre las bondades que tiene la constructora de la familia Villar Mir es el elevado dividendo que da a sus accionista, con una rentabilidad por dividendo del 11%, sólo superado en toda el parqué nacional por Atresmedia con un retorno del 11,5%.
Grupo Villar Mir, accionista de referencia de OHL y sociedad que preside el veterano empresario Juan Miguel Villar Mir, colocó el pasado miércoles un 12% del capital social de la constructora a un precio de venta de 2,85 euros por acción, un 9,81% por debajo del precio de cierre del miércoles, por lo que captó 97,8 millones de euros en la operación. Como resultado de esta operación, Villar Mir sigue ostentando el 38,3% de su capital social. Las acciones de la constructora cayeron más de un 9% el jueves.
Este viernes la compañía que dirige Juan Villar-Mir de Fuentes, hijo de Juan Miguel Villar Mir, anunció que el expediente de regulación de empleo (ERE) para reducir su estructura en España se saldará con 140 despidos, 20 menos de los inicialmente previstos, y 36 recolocaciones. En sus servicios centrales siguen trabajando 400 empleados.
El consenso de los analistas que recoge Reuters también recomienda mantener las acciones de OHL en cartera, sitúa el precio objetivo en 5,03 euros, por lo que le ven un potencial de revalorización cercano al 80%. La estimación por PER para 2019 se eleva hasta las 43,85 veces, un precio ‘caro’ si se tiene en cuenta que la media del Ibex son las 15 veces.
Por análisis técnico, OHL también está peor que Sacyr. Cuenta con una nota de uno sobre diez, y su cotización está marcada por una tendencia bajista tanto en el medio como en el largo plazo. El único parámetro ‘salvable’ es el volumen a medio plazo que es creciente.