RWE y E.On caen en tonro a un 10% a estas horas. Los inversores huyen de estos valores ante el avance del proceso de “apagón nuclear” en Alemania, por el que se pondrá fin a esta actividad en 2022.
Los inversores huyen de E.On pues, debido a los cambios regulatorios, la compañía no podrá escindir sus actividades de energía nuclear.
RWE opera plantas de energía nuclear desde los años 1960, sin embargo, con el Energiewende sobre la mesa, también se está centrando en las redes avanzadas, en nuevos productos como los contadores inteligentes y en las energías renovables. RWE se ve abocada a este proceso ya que, como reconoció su propio CEO, Peter Terium, “La situación en la generación de electricidad convencional se está deteriorando demasiado rápido y demasiado severamente. RWE Generación tendrá que publicar pérdidas operativas en un futuro no muy lejano”. (Consulte la ficha de cotización de RWE
Para compensar el cierre de sus 17 centrales nucleares, la política energética de la canciller alemana se centra en el fomento de las energías renovables. De hecho, aspira a producir el 80% de su electricidad de fuentes renovables para 2050.
Pero los inversores miran con recelo que la reconversión de estas compañías pueda dar sus frutos en el corto plazo. Por ello, huyen en estampida de estos valores. E.On se desploma a niveles de hace dos décadas y arrastra unas minusvalías técnicas del 45% desde enero. RWE, por su parte, cae a mínimos históricos, acumulando ya pérdidas cercanas al 60% desde que comenzara el año.
COTIZACIÓN E.ON
COTIZACION RWE