Tras el lanzamiento de la recompra de acciones, que comenzará en el cuarto trimestre y se extenderá durante 18 meses, RWE está sucumbiendo a una presión creciente por parte de los inversores por revisar su asignación del capital frente a los desafíos de los rendimientos de los proyectos de energía limpia. 

“Aplicamos estrictos requerimientos de retornos a nuestras inversiones y regularmente revisamos nuestra asignación de capital. Si el perfil riesgo - recompensa cambia en ciertas éreas temporalmente, reasignamos el capital asignado a este fin” , dice el CEO de RWE, Markus Krebber en un comunicado. 

RWE publicó unos resultados de los nueve primeros meses por encima de las expectativas y un débil guidance para el año completo, además confirmando un objetivo de dividendo de 1,1 euros por acción. 

Por otro lado, la compañía dijo que los riesgos de la eólica marina se han incrementado tras la victoria de Trump en EEUU, un crítico abierto de la tecnología, como próximo presidente. La compañía ha añadido que su proyecto de la costa este de EEUU podría verse retrasado debido a permisos pendientes. 

Además, la compañía dijo que el aumento del hidrógeno en Europa no va según lo planeado, añadiendo que podría retrasar sus esfuerzos para aumentar la capacidad de los electrolizadores, coincidiendo con comentarios similares de su rival más pequeño Uniper la semana pasada.

Los analistas de Jefferies creen que tanto la recompra de acciones como la buena voluntad de la compañía de cambiar las dinámicas del mercado es un evento positivo para la acción. Más sabiendo que la acción lleva una caída del 27% en el año. 

Los movimientos de RWE reflejan el miedo de que Trump vuelva a la presidencia y deseche la agenda de “energía limpia” que había llevado a cabo Biden. Al mismo tiempo, RWE ha dado una visión más optimista para 2024 diciendo que ahora espera alcanzar el punto medio de los rangos objetivo para el beneficio básico ajustado (EBITDA) y el beneficio neto ajustado, citando la mejora de las perspectivas para su unidad comercial y las centrales eléctricas de gas.

El EBITDA en los nueve primeros meses de RWE cayó un 30%, hasta los 3.980 millones, por encima de los 3.870 millones de euros estimados por el consenso. “El anuncio de hoy y especialmente la recompra a decisiones podría suponer un punto fuerte para reconstruir la confianza en la dirección de la compañía”, dice Bernstein.