Si pudiera hablarse de un vínculo, de una moda entre los futbolistas españoles tendríamos que hablar del sector inmobiliario. Y es que los grandes deportistas españoles siguen apostando por el ladrillo, y no siempre en España.

La última gran inversión que hemos conocido este año ha sido la compra que ha hecho el 7 del Real Madrid, Cristiano Ronaldo en Nueva York. El astro portugués ha gastado 18 millones de dólares en un apartamento en la ciudad de los rascacielos, concretamente en el carismático edificio, la Torre Trump.

Ronaldo es el tercer deportista mejor pagado este año, según los datos de la Revista Forbes, que cifra su sueldo de 2014 en 80 millones de dólares. La publicación recuerda que su salario neto es de 20 millones de euros al año, aunque con incentivos y contratos publicitarios, la cifra se eleva considerablemente. Ronaldo tiene contratos con firmas como Coca-Cola, Nike, Samsung o Emirates.

Ronaldo invierte su patrimonio propiedades inmobiliarias, en la discoteca Sleven en Lisboa, tiene su propia marca de ropa, compra coches de alta gama y, además, en los últimos meses se ha metido de lleno en la tecnología al invertir en la aplicación portuguesa Mobitto.



Tampoco invierte en bolsa
Lionel Messi, el argentino del Barcelona que, en este momento es el cuarto deportista que más gana al año, apenas unos millones menos que el madridista. Gran parte de su abultada fortuna está invertida también en ladrillo entre España y Argentina. En su ciudad natal, Rosario, construyó una torre de apartamentos, además tiene un complejo residencial a orillas del río Paraná.

Por su parte, Iker Casillas, el ex portero del Real Madrid también apuesta por el sector inmobiliario. Fue uno de los constructores que se benefició de la burbuja del ladrillo al construir en Boadilla, al norte de Madrid.

El nuevo jugador del Oporto tiene una sociedad llamada Ikerca que es la que gestiona la mayor parte de su patrimonio compuesto por locales comerciales, viviendas. Además, acaba de crear una empresa de representantes de jugadores.

Uno de los pocos jugadores en activos al que se le conoce una SICAV es Gerard Piqué, Kerad3 que está gestionada por UBS.

Según los datos que constan en la CNMV “al final del trimestre, el patrimonio de la sociedad KERAD 3 INVEST SICAV S.A. era de 13 millones de euros, lo que supone una caída de 188,000 euros. Siendo la rentabilidad acumulada en el año de la SICAV a cierre del trimestre de 3,38%”.

Según indica la SICAV al regulador, “un 24,60% de la cartera estaba invertido en renta variable y un 38,45% en renta fija. El resto en activos del mercado monetario e inversiones alternativas”.

La firma invierte en bonos de la Junta de Andalucía, bonos y letras del tesoro y títulos de renta fija de empresas como Iberdrola o Telefónica. El poco dinero que tiene en acciones está distribuido casi exclusivamente en acciones de Alibaba, American Express e IBM.

Piqué es uno de los pocos jugadores que han apostado por la bolsa, o un vehículo como una Sicav. Sin embargo, las firmas de inversión se han dado cuenta de que aquí podía haber negocio, ya que muchos de los jugadores no tienen mucha destreza en la gestión de su patrimonio. No es de extrañar ver casos como el de la tenista Arantxa Sánchez Vicario, totalmente arruinada por la mala gestión de su familia.

El caso de la ganadora de Rolland Garros ha acabado como uno de los juicios más jugosos de la prensa rosa, ya que ella denunció a su familia al ver que el patrimonio que le quedó de su carrera no dio para pagar las deudas con hacienda. Y no ha sido el único cao, desde luego.

Ya hay varias firmas que se han iniciado en el terreno de la gestión de patrimonios de deportistas; la última AndBank que creó hace unos meses su unidad Sport&NB para desarrollar este negocio.

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