Las importaciones estadounidenses de productos chinos se han contraído en los cinco primeros meses del año un 24%, señala José Luis Cava, haciendo alusión a una información del Washington Post. La pregunta que se hace el experto es si realmente se está produciendo una desglobalización a este ritmo. “Nosotros creemos que no. Debemos tener en cuenta que esta caída del 24% se ha estimado en base a los datos de comercio exterior facilitados por las autoridades estadounidenses. Cuando uno va a las autoridades chinas, la caída ha sido mucho menor”.
En segundo lugar, continúa el experto, “ya sabemos que una gran cantidad de empresas chinas, ya sean propiedad de occidentales, ya sean propiedad de residentes chinos, han trasladado parte de su producción a Vietnam, a Tailandia o a México. Fabrican las piezas en China y luego las envían a estos tres países donde se produce el ensamblaje. Y desde ahí lo mandan a Estados Unidos”.
El analista continúa explicando que el registro exterior estadounidense contabiliza estos productos como procedentes de Tailandia, Vietnam, México o el país en cuestión, pero no como procedentes de China. “Pero claro, gran parte del producto ha sido elaborado en China, por lo tanto la globalización se sigue produciendo”. Cava explica que en el caso de México pasa “una cosa muy curiosa”, y es que muchas empresas chinas han constituido empresas en dicho país, y ahí envían toda la producción, que generalmente son productos de bajo coste. Entonces lo que hacen en México es que los empaquetan y los mandan al destinatario final en Estados Unidos. “Como son productos cuyo precio está por debajo del mínimo exento establecido por las normas arancelarias, además de no pagarlos, las autoridades estadounidenses tampoco lo registran como importaciones. Está la razón de la gran diferencia que existe entre la contabilidad del registro exterior de Estados Unidos y la contabilidad de China”.
Por lo tanto, el economista se cuestiona si realmente se está produciendo una desglobalización. “Realmente no se está produciendo una desglobalización, porque las relaciones económicas entre los países son todavía más complejas de lo que estábamos considerando”.
En cuanto al S&P 500, el experto recuerda que hoy hay datos de inflación, “por lo tanto nosotros, con nuestro sistema de especulación, hasta que no pasen tres cuartos de hora o una hora desde la publicación del dato, no vamos a operar”. A continuación, explica que “hemos dibujado un canal bajista que marca el movimiento, con una resistencia en la zona 4.570, que parte de arriba del canal, y un soporte en la zona 4.460”.
Sin embargo, el analista se fija en el 4.500, alegando que ese nivel “es muy importante”, ya que ahí se concentra una gran cantidad de call gamma, y el 4.500 actúa como un imán, de tal manera que es el que está frenando la caída del S&P 500, según comenta. “La zona de influencia del imán llega hasta 4.460, y luego rebota, moviéndose lateralmente”.
El experto alega que si hoy fuera un día normal, si el S&P 500 fuese capaz de superar el 4.500, “consideraríamos como objetivo más probable que fuera a 4.525 o 4.540. Consideramos que por encima del 4.540-4570 es un muro, y será muy difícil que sea superado”. Según el analista, la perforación del 4.460 enviaría al S&P 500 al 4.420, “pero con el imán del 4.500, cuando llegue a la zona del 4.420, ahí está perdiendo fuerza de atracción, y si perdiera el 4.420 ya se podían experimentar caídas significativas”, concluye.