El BCE se enfrenta de nuevo al gran dilema entre el control y caída de una inflación en la eurozona que se resiste a doblegarse de forma significativa y uno de sus no mandatos: hablamos del mantenimiento de una entente entre la subida de tipos y el efecto en la economía tras las turbulencias del sector financiero entre los países de la divisa común europea.
Así y aunque seguro que para controlar la inflación los miembros de su Consejo de Gobierno se decantan claramente por elevar los tipos en mayor medida de lo esperado por el mercado, ese cuarto de punto que significaría levantar ligeramente el pie del acelerador de las subidas, el sentido común económico y el fuerte impacto en la main street muy castigada por los efectos de la subida de tipos, desde el consumo a las hipotecas, mientras la inflación tampoco es que baje al ritmo esperado, hacen su trabajo en segundo plano para convencer en Frankfurt.
Ahora mismo, el crecimiento en la eurozona apenas llega al 0,1%, por debajo de lo esperado, con un aumento interanual del 1,8% entre los países de la moneda única. Lo mejor, que se aleja la recesión y lo peor, la debilidad intrínseca en la que se envuelve la actividad económica en Europa.
Pero el gran pensamiento sigue estando en los precios, que se han mostrado con alguna sorpresa frente a lo esperado esta misma semana en la eurozona. El martes se conocían los datos que estarán más que presentes en esta reunión. Hablamos de un 7% en la tasa general con crecimiento de una décima desde el 6,9%. Pero ya sabemos, como desde el BCE el vicepresidente Luis de Guindos no se cansa de reiterar, la inflación subyacente es la que marca el ritmo.
Y en ese capítulo nos encontramos con que el dato de IPC de la eurozona, sin alimentos frescos ni energía baja una décima en abril hasta el 5,6% desde el 5,7% estimado, y por debajo de lo esperado por el mercado. Una buena noticia que puede marcar la diferencia entre subir los tipos 25 o 50 puntos básicos para el Consejo de Gobierno del BCE.
Aunque algunos analistas consideran que esa décima en cuestión no marcará la diferencia de la subida de tipos que hoy se espera, y tal vez pese más ese PIB casi inexistente en su crecimiento de la pasada semana al que hemos aludido.
La última encuesta de Reuters aboga por una subida de consenso de 25 puntos básicos en el encuentro de hoy en Frankfurt, tras seis reuniones consecutivas de aumentos de medio punto porcentual en los tipos para el BCE. Tipos en la eurozona, cuyas subidas ven en su fase final en los próximos meses y muchos consideran que esas subidas, en su último tramo, serán más llevaderas en pequeños pasos de un cuarto de punto.
Pero no se olviden de que todo está en el aire y de que los precios siguen más que alejados de las cotas deseadas, ese 2% flexible, como ya se indicó, de objetivo del BCE, pero no tanto como para mantenerse en los niveles actuales. La parte positiva es la evolución esperada para los próximos meses, no solo por el tan traído efecto escalón, esa comparativa con cifras récord que en los próximos datos serán más favorables.
Tampoco parece que esta reunión vaya a marcar tendencia en lo referido al balance de la entidad, esos 1,3 billones de euros de su programa de refinanciación, cuyo vencimiento se producirá en junio.
En cuanto a estimaciones, Goldman Sachs apuesta por los 25 puntos básicos, que seguirán implementándose en junio y julio, aunque ve más difícil la decisión entre el cuarto y el medio punto en la reunión de hoy. Nada que ver con las campanas que resuenan desde el Fondo Monetario Internacional, en modo halcón, cuando le pide al BCE que siga subiendo tipos hasta mediados de 2024 para reducir la inflación. Aunque es posible que la presidenta Christine Lagarde ya no lo vea de ese modo.