A día de hoy, los hogares españoles tiran 1.325,9 millones de kilos de alimentos al año, según el MAGRAMA (Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente).  Para conocer los hábitos de desperdicio de los españoles, AECOC, la Asociación de Empresas de Gran Consumo, ha llevado a cabo el estudio “Hábitos de aprovechamiento de los alimentos” para impulsar buenas prácticas entre consumidores, fabricantes y empresas.  

El estudio se ha realizado a través de una investigación en dos fases que incluye un análisis cualitativo a través de dos focus group y un análisis cuantitativo a través de 2.000 entrevistas online en todo el territorio nacional a personas de entre 25 y 65 años y responsables de la compra y de la cocina en su hogar. Destacan los siguientes datos:

  • Los consumidores son conscientes del problema que supone el  desperdicio alimentario y un 87% se siente mal cuando se estropea un producto en la nevera, un 77% intenta reutilizar.
  • Más del 50% de los consumidores declaran comprar más alimentos de los que esperaban y casi el 30% tiene la percepción de acabar siempre tirando comida.
  • 7 de cada 10 del total de compradores muestra una actitud favorable a guardar las sobras para cocinar otros platos.
  • Casi la totalidad de los entrevistados compran alimentos como mínimo una vez por semana.
  • Sólo el 14% de los encuestados pide siempre llevarse las sobras en el restaurante.

Los cinco diferentes tipos de consumidor

Se definen 5 tipos de consumidor frente al desperdicio de alimentos según los diferentes hábitos de consumo extraídos del estudio:

Reaprovechadores: Son conscientes del desperdicio alimentario y constituyen el 32% del total, por lo que son el grupo más abundante. En un 59% está formado por hogares con hijos. Su actitud ante el desperdicio es la de reaprovechar la comida ya que un 22% no tira nada y un  54% poco. Hacen todo lo posible para sacar el mayor provecho a sus alimentos y un 69% elabora recetas creativas y nutritivas con las sobras superando a todos los demás tipos de consumidores.

A un 76% de los encuestados les gusta cocinar y lo hacen siempre que pueden y un 69% prueba nuevas recetas con las sobras que tienen en la nevera.  Un 54% prefiere hacer compras grandes y menos frecuentes que el resto de los grupos. Un 47% de ellos consume los productos una vez superada la fecha de consumo preferente.

Los reaprovechadores son los que peor se sienten cuando se les estropea o pasa un producto en la nevera (94%).

Foodwaste generators: Suponen el 21% del total y son los que más comida desechan ya que un 11% tira mucho y sólo un 4% no tira nada. Entre sus componentes hay un mayor porcentaje de  jóvenes, 32% y de hogares unipersonales. Son el grupo con peor planificación y control ya desde el momento de la  compra. Tienen conciencia de que tiran mucha comida a la basura y son los que más tiran las sobras que guardan en la nevera (36%). Se dejan influenciar por las promociones que encuentran en los puntos de venta y son los más compradores por internet con un 24%.

Este grupo es el que presenta un mayor desperdicio en todos los tipos de alimento, especialmente fruta y vegetales (49%).

Busca caprichos: Representan un 16% del total. Son hogares con más mujeres (77%) responsables de la compra, y en un 58% residen en zonas urbanas, tampoco planifican la compra con antelación y son fácilmente influenciables por las novedades, descuentos y promociones en el punto de compra. Un 78% de los “busca caprichos” acaba comprando más de lo que esperaba, sin embargo, son los que tienen mayor percepción de que los alimentos son cada vez más caros (89%) y, por ello, un 80% busca más ofertas en alimentación superando en esta tendencia a los otros grupos. Pese a esto, un 36% se da un capricho todos los días.

A un 84% le gusta probar nuevos productos y sabores. Un 76% de los miembros de este grupo afirma pasar tiempo en las tiendas de alimentación descubriendo nuevos productos y son los que más compras pequeñas y frecuentes hacen (82%). Son los que comen más fuera de casa (41%), tanto entre semana como los fines de semana y un 67% va a restaurantes como mínimo, una vez por semana.

Price driven: Otro 16% de los consumidores corresponde a los hogares con menos ingresos y suponen el grupo más sensible al ahorro. Para ellos, el precio es un factor decisivo a la hora de realizar la compra y consideran que cada vez los alimentos son más caros y por ello son los que más han reducido su gasto en alimentación (40%).

Un 93% de los miembros de este grupo se siente mal cuando se les estropea un producto en la nevera y son, junto a los reaprovechadores, los que menos tiran con un 22%. Un 70% declara tirar poco o nada ya que no generan sobras y un 28% sólo tiran alimentos de poco valor.  Suelen realizar todas las comidas en casa y a penas comen en un restaurante, cuando salen son los que más llevan su propia comida 79%. Los “price driven” son los que menos siguen la dieta mediterránea (49%) y también los menos dados a probar nuevos productos y sabores, sólo un 27%, también son los que menos caprichos se dan todos los días (3%).

Eco friendly: Suponen el 15% de los encuestados y en el 48% de los casos son parejas con hijos. En cuanto a sus hábitos a la hora de adquirir alimentos, un 81% dedica más tiempo a hacer compras pequeñas y frecuentes. De todos los grupos son los que prefieren las tiendas tradicionales, de barrio y mercados (49%) y sólo un 2% compra por internet. Se interesan por el consumo de productos locales y de proximidad (82%). Son a los que más les gusta cocinar sus propios platos (77%) y son los que más se comprometen con su entorno colaborando en acciones sociales (71%).  

El 82% se declaran seguidores de la dieta mediterránea y tienen conductas de planificación de compra y sostenibilidad. Sin embargo, gestionan peor las sobras y su desperdicio alimentario supera al de la  media, ya que sólo un 51% afirma tirar poco o nada. El 87% de los eco friendly recicla y reutiliza todo lo posible, superando a todos los demás grupos.

Sobre “La alimentación no tiene desperdicio”

“La Alimentación no tiene desperdicio” es una campaña de colaboración para reducir el desperdicio alimentario impulsada por AECOC, la asociación de empresas de gran consumo, que ya cuenta con el apoyo de más de 350 empresas fabricantes y distribuidoras del sector del gran consumo, operadores logísticos y de transporte, organizaciones empresariales y administración pública. En los dos últimos años, las empresas españolas del gran consumo integradas en el proyecto han logrado incrementar en un 6% la cantidad de producto que, tras no ser comercializado, se ha donado a entidades benéficas, pasando del 27% al 32% del total de producto no comercializado apto para el consumo humano.

Sobre AECOC

Con cerca de 26.000 compañías asociadas, AECOC es una de las mayores asociaciones empresariales del país y la única en la que la industria y la distribución del gran consumo trabajan en colaboración para aportar más valor al consumidor. Engloba tanto a las mayores compañías como a las pequeñas y medianas empresas de sectores tan diversos como los de alimentación, textil, ferretería y bricolaje, productos farmacéuticos, deportes o sector sanitario. La facturación de sus empresas asociadas supone cerca del 20% del PIB nacional.