Repsol ha presentado hoy la actualización de su plan estratégico que está más orientado al crecimiento y a la creación de valor en cualquiera de los escenarios en los que opera la compañía de cara al año 2020, después de haber superado con antelación todos los objetivos fijados en el plan 2016-20.
La renovada estrategia se basa en tres pilares fundamentales: aumento de la remuneración al accionista, crecimiento rentable de sus negocios y desarrollo de los negocios vinculados a la transición energética.
El dato más destacado es la previsión de invertir 15.000 millones de euros, repartidos en un 53% en su negocio de exploración y producción y en un 45% en refino, química, marketing, lubricantes, trading, GLP y Gas Power, además de en activos de bajas emisiones de CO2, a lo cual destinará 2.500 millones de euros y desarrollará nuevas oportunidades de negocio para el largo plazo.
La compañía se ha comprometido a continuar aumentando la retribución al accionista, aumentándolo en un 25% para el año 2020 con una media anualizada del 8%, hasta alcanzar el euro por acción, frente a los 0,80 euros por acción que repartirá este año. Repsol llevará a cabo esta retribución mediante la fórmula conocida como scrip dividend, junto con un programa de recompra de títulos que evitará la dilución de quienes opten por cobrar en efectivo. En la actualidad, la rentabilidad por dividendo de Repsol ya se sitúa entre las más altas del Ibex 35 y de las principales compañías del sector.
Prosiguiendo con su criterio de prudencia, el plan estratégico podrá autofinanciarse a 50 dólares por barril de Brent, precio en el que la compañía garantiza además el mantenimiento de una elevada flexibilidad financiera y de un nivel de deuda muy inferior a la media del sector.