Repsol incorpora tanto instrumentos destinados a la financiación de proyectos específicos (verdes y de transición), como los vinculados a compromisos sostenibles de compañía (Sustainability Linked Bonds o SLB, en sus siglas en inglés). Este enfoque integral ofrece flexibilidad y transparencia en la emisión de instrumentos financieros, apunta en un comunicado.
La petrolera da así un paso fundamental para seguir avanzando en su compromiso de ser una compañía cero emisiones netas en 2050. Esta estrategia integral de financiación sostenible está en línea con el Plan Estratégico 2021-2025 que la compañía presentó en noviembre pasado, permitiendo el acceso a los recursos financieros necesarios para su implementación y contribuyendo a que la compañía siga liderando la transición energética dentro de su sector.
Este nuevo marco de financiación sostenible de Repsol, siguiendo con los principios de transparencia y buenas prácticas, ha sido verificado y certificado por la agencia de calificación ISS.
Los tres tipos de instrumentos financieros incluidos en esta estrategia integral se dividen en dos categorías:
- Bonos o instrumentos de financiación de uso dedicado: bonos verdes y de transición, ambos sujetos a los Principios de Bonos Verdes de la Asociación Internacional de Mercados de Capital (ICMA, en sus siglas en inglés). Los fondos obtenidos con los primeros se destinarán a la financiación de proyectos elegibles de acuerdo con la Taxonomía de la Unión Europea (energía renovable e hidrógeno renovable entre otros). Por su parte, los fondos procedentes de los instrumentos de transición serán asignables a actividades y proyectos adicionales que también contribuyen a los objetivos sostenibles y forman parte de la estrategia de transición energética de Repsol.
- Bonos o instrumentos financieros cuyas condiciones económicas están ligadas al cumplimiento de objetivos clave de sostenibilidad de Repsol como compañía. Estos bonos (SLB) están sujetos a los Principios de Bonos Vinculados a la Sostenibilidad de ICMA. Para su seguimiento, se fijará como indicador verificable el Indicador de Intensidad de Carbono definido por la compañía que mide las emisiones de CO2e por unidad de energía que Repsol pone al servicio de la sociedad (g CO2e/MJ).
Repsol se ha fijado una exigente hoja de ruta para llegar a ser una compañía cero emisiones netas en 2050 que incluye metas ambiciosas de reducción de emisiones, con una disminución de la intensidad de carbono del 12% para 2025, del 25% para 2030 y del 50% para 2040.
En este proceso, la compañía ha sido acompañada por HSBC y Natixis, que han actuado como asesores, denominados Sustainability Structuring Advisors en inglés.
La asignación de fondos y los avances ambientales asociados a los compromisos que se adquieran se reportarán anualmente después de ser auditados.
Compromiso con la transición energética
En diciembre de 2019, Repsol fue la primera compañía de su sector en anunciar el compromiso de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050, alineada con el Acuerdo de París y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas.
A finales de 2020, Repsol presentó su nuevo Plan Estratégico 2021-2025 que marcará la transformación de la compañía en los próximos años y supondrá una aceleración en la transición energética. La nueva estrategia establece una exigente hoja de ruta, con metas intermedias de reducción de intensidad de carbono más ambiciosas, para continuar avanzando en el objetivo de ser cero emisiones netas en 2050. El Plan establece inversiones por 18.300 millones de euros a lo largo del periodo y un 30% del total, 5.500 millones de euros, se destinará a iniciativas bajas en carbono.
En su compromiso con la sostenibilidad, en 2017 Repsol fue la primera compañía de su sector en emitir bonos verdes certificados para reducir su huella de carbono, con una emisión de bonos a cinco años por importe de 500 millones de euros. Los proyectos de eficiencia energética y de tecnologías de bajas emisiones implementados con estos fondos han ayudado a reducir emisiones por valor de 1,2 millones de toneladas de CO2e en tres años.
Actualmente, el 34,1% del accionariado institucional de la compañía está alineado con los criterios ESG (Environmental, Social, and Governance). Las buenas prácticas de Repsol han sido reconocidas, entre otros, por la iniciativa Climate Action 100+.
En su Informe de Comunicación de Progreso de 2020 pone de ejemplo el diálogo mantenido con Repsol y su avance en la senda de transición energética, resaltando, entre otros, su ambición de ser cero emisiones netas en 2050, la adopción de escenarios de precios alineados con el Acuerdo de Paris, la incorporación de las recomendaciones del TCFD (Task Force on Climate-Related Financial Disclosures) en las comunicaciones y la revisión de las asociaciones industria- les en las que la compañía participa para que sean compatibles con los retos del cambio climático.
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