Este beneficio neto en el semestre llevan a la compañía a superar sus niveles preCovid, pulverizando el beneficio de 1.133 millones de euros que registró en los seis primeros meses de 2019, el ejercicio previo a la pandemia.
El resultado neto ajustado, que mide el desempeño de los negocios, alcanzó los 959 millones de euros, con cifras positivas en todos los segmentos, entre los que destacó Exploración y Producción, y aproximándose también a los números del primer semestre de hace dos años, cuando obtuvo 1.115 millones de euros.
Repsol logró entre enero y junio un flujo de caja operativo positivo en todos sus segmentos, que ascendió a un total de 1.932 millones de euros, y un flujo de caja libre, también positivo en todos sus segmentos, que totalizó 955 millones. Ambas magnitudes mejoran a las equivalentes del mismo periodo de 2020, en el que la gestión llevada a cabo por la compañía también permitió que fueran positivas, incluso en uno de los momentos más duros de la pandemia.
Durante el primer semestre de 2021, Repsol consiguió reducir su deuda neta un 6%, 392 millones de euros, hasta situarla en 6.386 millones. La liquidez alcanzó los 9.448 millones de euros, lo que representa 2,20 veces los vencimientos a corto plazo. Adicionalmente, con el objetivo de reforzar su posición financiera, la compañía cerró en marzo una emisión de bonos híbridos por importe de 750 millones de euros y, en mayo, otra de bonos senior de 300 millones, ambas a unos precios muy competitivos. Ante el buen desempeño demostrado por Repsol en los últimos meses, la agencia de calificación crediticia Moody’s mejoró en junio la perspectiva de la compañía, situándola en “estable”.
En el área Industrial sobresalió el comportamiento del negocio de Química y, en la de Comercial y Renovables, el negocio de Movilidad mejoró sus cifras notablemente tras las restricciones y el confinamiento vividos en España en 2020.
La compañía presidida por Antonio Brufau obtuvo estos resultados en un entorno marcado todavía por el impacto negativo de la crisis sanitaria en la economía global, aunque con mejoras respecto al escenario sin precedentes del año pasado, avanzando además en sus objetivos de descarbonización.
El grupo se ha apoyado para alcanzar estos resultados en el primer semestre en su modelo integrado y la puesta en marcha de su plan estratégico 2021-2025, que le ha permitido afrontar el difícil entorno y aprovechar el comienzo de la recuperación de la demanda y la mejora de los precios de las materias primas respecto al escenario deprimido de 2020.
Así, el primer semestre de 2021 ha estado marcado por una importante recuperación en los precios del crudo, con un Brent que tocó máximos desde octubre de 2018 en junio con 76 dólares por barril y en esta primera mitad del año sitúa su precio medio en los 65 dólares por barril, frente a los 40 dólares en el mismo periodo de 2020. En cuanto al gas Henry Hub, alcanzó una media de 2,8 dólares por MBtu,frente a los 1,8 dólares del mismo periodo del ejercicio anterior.
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