La compañía ha informado a la CNMV de que el beneficio neto ajustado, que mide la marcha de los negocios de la compañía, se situó en los 1.637 millones, desde los 1.720 millones obtenidos un año antes.

Repsol alude a un entorno en el que el crudo Brent se negoció a una media de 64,6 dólares por barril, con una caída del 10% entre enero y septiembre. El crudo WTI tuvo un precio medio un 15% más bajo, hasta los 57,1 dólaers, mientras que el gas Henry Hub se situó en una media de 2,7 dólares por MBtu. Un contexto en el que la compañía  ha incrementado su flujo de caja operativo un 22%, hasta los 4.074 millones. Esta fortaleza junto a la capacidad de generación de caja ha provocado que la compañía mejore la retribución al accionista a través de una amortización del 5% del capital, "lo que se añadirá a las amortizaciones realizadas con motivo de los diferentes scrip dividend".  De este modo, el dividendo alcanzará 1 euro bruto por acción en 2020 "bajo la fórmula del scrip dividend y la reducción de capital correspondiente para evitar cualquier dilución".

 Los menores percios del crudo y el gas, además de las paradas de producción en Libia, han provocado que el negocio de Upstream (exploración y producción) redujera un 14% su resultado en los nuever meses, hasta los 864 millones de euros. La producción media se situó en los 702.000 barriles equivalentes de petróleo al día, frente a los 713.000 del mismo período del año anterior. En cuanto a la actividad exploratoria, Repsol realizó 17 pozos en los nueve primeros meses del año, nueve de ellos positivos y otros tres todavía en evaluación.

En el negocio de Downstream, la compañía obtuvo un resultado de 1.087 millones de euros, en línea con los 1.098 millones de un año antes. En esta división, las áreas de Química, Perú,Trading y Movilidad tuvieron un comportamiento más positivo mientras que la actividad de refino se vio influida por un entorno internacional adverso.  Eneste  último  negocio,  las  paradas programadas realizadas en  las  refinerías  de  Bilbaoy  A  Coruña, con una inversión conjunta de 112 millones euros, permitieron   incorporar  mejoras   tecnológicas, eneficiencia  energética  y  seguridad.  La  compañía realizará  en  noviembre  en  Puertollano  la  última parada   programada   del   año   para   asegurar   la disponibilidad  máxima  de  sus  instalaciones  una vezque  entre  en vigor,  el  1  de  enero  de  2020, la nueva   normativa   internacional   de   combustibles   marítimos   (IMO),   que   beneficiará competitivamente a Repsol