El coronavirus y la gran caída del petróleo ha hecho añicos su cotización en bolsa, perdiendo un 50% de su valor en bolsa en tan solo unos días. Y claro surgen las primeras dudas sobre la compañía. ¿A este valoración puede Repsol recibir una opa de un competidor? ¿O quizás de un gran fondo de inversión que quiera hacerse con la compañía?

 

 

De momento si atendemos a las declaraciones de Aldo Flórez Quiroga, profesor de la Universidad de Texas y ex secretario del Foro Internacional de la Energía, todo parece indicar que con la caída en picado del precio del barril de petróleo, “habrá fusiones en sector”  según indica este experto internacional. Y una opa es posible sobre Repsol en estos momentos.

El problema es que el dinero no va afluir para operaciones de compra, más bien para operaciones de fusiones para lograr sanear balances entre compañías y encontrar sinergias y ahorros de costes en estos momentos tan convulsos

Si vemos la cotización de Repsol podemos observar la gran caída que ha tenido, dejándose un 50% de su valor en bolsa.

No obstante, podemos observar que cuando la compañía se encuentra históricamente por encima de 12 euros, es mejor salir corriendo del valor, porque no suele aguantar mucho,  actualmente nos encontramos a nivel de los mínimos de 2016, desde luego malas noticias para los accionistas que ya se encuentran en el valor, una caída así será difícil de recuperar en muchos años ( Vean que la última vez tardo 3 años en conseguir el nivel previo a las caídas).

Podemos ver también que aunque Repsol ha puesto en marcha un plan de contigencia ante la situación del coronavirus y la bajada del precio del petróleo, en el que se contempla reducciones de 350 millones en gastos operativos y de más de 1.000 millones en inversiones, el mercado no le ha parecido suficiente y tan solo parece que el mantenimiento del dividendo  ( de momento lo puede mantener, pero es probable que tenga que recortarlo o suprimirlo) ha dado alguna alegría a sus accionistas. 

Algo tiene que pasar con la compañía

El resultado neto ajustado de Repsol, que mide la marcha de los negocios de la compañía, alcanzó la cifra de 2.042 millones de euros, un 13% menos que los 2.352 millones del ejercicio anterior.

Por sectores, el área de Downstream, que incluye refino, química, electricidad y gas, entre otros, logró un resultado de 1.456 millones de euros, algo inferior a los 1.583 del año anterior. En cuanto al área Upstream, formada por exploración y producción, Repsol consiguió un resultado de 1.050 millones de euros, un 20% menor que los de 2018.

Sigue en directo la cotización de Repsol

Durante el pasado ejercicio Repsol también tuvo que hacer frente a la mala situación del mercado del petróleo. En 2019, la cotización media del Brent descendió un 10% respecto al año anterior, mientras que el WTI cayó un 12% y el Henry Hub un 16%.

Por su parte, el negocio de electricidad de Repsol creció el pasado año hasta contar con más de un millón de clientes. 

Por su parte, la deuda neta asciende a 4.220 millones de euros, un 23% superior a 2018.

En definitiva, menos ingresos y más deuda, y una cosa que sería positiva pero no aclara el volumen de negocio que aporta, los más de un millón de clientes de Repsol electricidad, sin duda una de las palancas de futuro de la compañía, no aclaran el volumen de facturación, lo que hace indicar que es demasiado bajo y con muy poco margen para mostrarlo a los inversores.

En ese momento, cuando Repsol presentó en Febrero estos malos resultados, los indicadores premium de Estrategias de Inversión ya indicaron una caída fuerte del valor. Pueden verlo en el gráfico adjunto en el que el valor estaba bajista, vean cómo el indicador de color rojo se desplomó con respecto a la cotización de Repsol (color azul), y tenía una puntuación de 2 puntos sobre 10. En ese momento, los inversores que vieron caer la puntuación de Repsol si se salieron del valor han dejado de perder mucho dinero.

¿Hacia dónde va Repsol y el sector?

El sector está en pleno proceso de cambio, su modelo de negocio está cambiando y todos ven un futuro en el que el petróleo dejará de ser el impulsor de las compañías, puesto que el mercado empieza a penalizar a las compañías contaminantes y todo lo que no sea una compañía de criterios sostenibles y medioambientales no tendrá un buen devenir económico.

Un informe sobre el sector energético del banco de inversión suizo Credit Suisse sitúa a Repsol como la compañía más alienada con el proceso de transición hacia la sostenibilidad en el espacio europeo. La política de emisiones netas cero que impulsó la multinacional española el pasado mes de diciembre le ha otorgado el cetro global dentro de un amplio diagnóstico de la industria que evalúan hasta 23 variables, entre las que destacan los objetivos hacia la neutralidad energética y las inversiones en renovables.

En definitiva, el sector está en pleno proceso de transformación y el coronavirus ha dado la puntilla para que se den cuenta que deben acelerar la transformación hacia un modelo energético limpio y a la vez se deberá tener una concentración de los grandes jugadores internacionales. Y desde Europa se está preparando un gran 'New Green Deal' para acelerar la independencia energética a energías verdes. 

En este contexto y con el precio actual de Repsol todas las opciones están sobre la mesa y las fusiones entre petroleras van a darse, cómo se están dando en la banca y en otros sectores. 

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