Lo mismo pasa con algunas compañías de su competencia como Peugeot-PSA que se revaloriza un 2,7% hasta los 19,4 euros en el selectivo francés, mientras que en el Euro Stoxx 50 las alzas las protagonizan Volkswagen con una escalada del 2,8% hasta los 159,26 euros, seguido de BMW (2,6%) hasta los 87,76 euros y Daimler (2,1%) hasta los 67,67 euros.
Lo cierto es que Renault ya tiene el 43% de las acciones de Nissan, mientras que la automovilística asiática cuenta con el 15% de la compañía francesa. El conglomerado Renault-Nissan Alliance además controla la firma Mitsubishi y está presidida por el brasileño Carlos Ghosn, que está llamado a ‘pilotar’ la operación según la información que publica Bloomberg.
Según la agencia el acuerdo se haría a través de un canje de acciones. La sede fiscal de la futura compañía se antoja como uno de los escollos de la fusión. Ghosn y los negociadores de ambas firmas tendrán que convencer al Gobierno francés y al japonés, ya que deberán dar su consentimiento a la operación.
Con el objetivo de que los Ejecutivos francés y nipón den su visto bueno, la agencia apunta que según fuentes de la negociación una posibilidad sería trasladar del nuevo gigante del automóvil a Holanda o Reino Unido.
El Estado francés tiene el 15% de los títulos de Renault, que el presidente Emmanuel Macron estaría dispuesto a vender, aunque la opinión pública francesa criticó que la fabricante de ferrocarriles Alstom cediese el 50% de su capital a Siemens o Alcatel-Lucent la comprase Nokia en 2015.
Competir con Volkswagen y Toyota
La fusión de Renault y Nissan busca competir con Volkswagen y Toyota de tu a tu en el nuevo sector que llega marcado por los coches eléctricos y autónomos. Si bien la alianza de Renault y Nissan ha generado sinergias, la estructura de propiedad fragmentada ha impedido que las empresas obtengan todos los beneficios esperados.