Más de 20 años después del lanzamiento del mercado único, los mercados financieros europeos siguen estando fragmentados, al contar cada mercado nacional con una normativa y funcionamiento propios. Esto hace que, por ejemplo, el mercado europeo de bonos high yield suponga una tercera parte del mercado estadounidense, lo que se traduce en 150.000 millones de euros menos de financiación cada año para la economía europea.
El nivel de bancarización de la economía europea es elevado: mientras el tamaño del sector bancario de la zona euro supone el 400% de su PIB, en Estados Unidos esta cifra es del 80%.
A pesar de que la unión de los mercados de capitales recuerda a la unión bancaria, existe una diferencia clave entre ambas: la unión de los mercados de capitales deberá contar con el apoyo de Reino Unido, dada la importancia de la City de Londres. Afortunadamente, la nacionalidad del comisario promotor del proyecto hace presagiar el apoyo de este estado miembro.
Aunque los pilares del nuevo proyecto de unión de los mercados de capitales aún están por definir, Hill ha anunciado ya los aspectos que constituyen obstáculos para su desarrollo. Así, en el ámbito competencial de su comisaría, el británico ha señalado la ausencia de un mercado de capitales específico para pymes
En los últimos meses, España ha adoptado numerosas medidas coincidentes con lo señalado por el comisario Hill: creación del MARF, próximo establecimiento de un nuevo régimen jurídico de titulizaciones, publicación de una consulta pública sobre la reforma de los bonos garantizados, reforma de los regímenes preconcursal y concursal etc. Parece que ahora será necesario homogeneizar dichas normas con el resto de los estados miembros de la UE, con el fin de facilitar la unión de mercados de capitales. Esperemos que éste sea el remedio definitivo para lograr la verdadera diversificación de las fuentes de financiación europeas, tan buscada durante años.
Judith Arnal. EFPA España (Asesores Financieros).