REE ha cerrado los nueve primeros meses del año con una cifra de negocio de 1.477 millones, un 0,5% más, que recoge “la retribución de la actividad de transporte de electricidad en España, los ingresos regulados relativos a la operación del sistema, por 49,4 millones de euros, la actividad externa de telecomunicaciones en España y los ingresos derivados de la actividad internacional”, tal y como ha comunicado al compañía a la CNMV.
El EBITDA, resultado bruto de explotación de la compañía, asciende a 1.155,8 millones reflejo de las medidas de eficiencia implementadas por la compañía.
La compañía tuvo un resultado financiero negativo de 99,4 millones, que es un 0,2% inferior al resultado de los nueve meses de 2018, por menores gastos financieros por menores tipos medios (2,32% actual frente a 2,42% de septiembre de 2018). Unos gastos que se han visto compensados con una mayor deuda financiera bruta media, 5.732 millones frente a los 5.479 millones de septiembre de un año antes. La deuda financiera neta a 30 de septiembre asciende a 4.973,4 millones. En lo nueve meses, el coste medio de la deuda del grupo se ha reducido hasta el 2,32%.
Las inversiones llevadas a cabo por el grupo han sido de 464,4 millones de euros, un 14,9% más. De ese importe, 235,3 millones se destinaron a desarrollo de la red de transporte nacional y, al negocio internacional, se han destinado 202,2 millones.
Mantiene el dividendo en línea con el de 2018
La compañía además ha anunciado el pago del dividendo de 0,2727 euros brutos por acción, con cargo a las cuentas de 2019 que se pagará el próximo 7 de enero de 2020. La última fecha para poder cobrar esta retribución es el 3 de enero de 2020. Esta cantidad es igual al dividendo entregado con cargo a los resultados de 2018, lo que supone un freno en la retribución al accionistas que hasta ahora había venido aumentando a razón del 7% anual.