Redeia (REE) registró una cifra de negocio de 455,7 millones, un 11,8% menos que la publicada en los tres primeros meses del año. Con esto, el resultado bruto de explotación, EBITDA, se redujo un 15,5%, hasta los 339,6 millones de euros.
Unas cifras que vienen marcadas por la finalización de la vida útil regulatoria de los activos anteriores a 1998, cuyo impacto anual en ingresos asciende a 260 millones de euros aproximadamente, generando un impacto negativo en todas las magnitudes de la cuenta de resultados del Grupo.
No obstante, los resultados obtenidos son los esperados y están alineados con las expectativas del mercado.
Redeia se ha ido preparando en los últimos años para dotar a la organización de las capacidades necesarias para incrementar la inversión de forma significativa en los próximos años. De hecho, la inversión del TSO en 2024 (en torno a 1.000 millones de euros) será la más alta de su historia, convirtiendo el ejercicio 2024 en el punto de inflexión de un fuerte crecimiento de ingresos futuro.
La compañía ratifica sus estimaciones para 2024 y repartirá un dividendo de 0,72 euros en julio
La compañía ha ratificado sus estimaciones de cierre del ejercicio 2024 con un EBITDA superior a los 1.300 millones de euros y un Beneficio Neto en el entorno de los 500 millones de euros.
En cuanto al dividendo, el Consejo de Administración propondrá a la Junta de Accionistas el reparto de un, dividendo de un euro por acción, con cargo a los resultados de 2023, de los que hay que detraer los 0,2727 euros pagados el pasado mes de enero. El dividendo complementario de 0,7273 euros se abonará en los primeros días del mes de julio.