En mayo del año pasado, y tras unos infructuosos contactos iniciales, BBVA lanzaba una OPA Hostil sobre Banco Sabadell a través de un canje de acciones. A punto de cumplirse diez meses de la misma, la operación entra en su fase decisiva. Esta misma semana, el presidente de BBVA, Carlos Torres, manifestaba su expectativa de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) tome una decisión en las “próximas semanas” respecto a esta oferta. De obtener el visto bueno, la operación podría finalizar antes del verano.
Pero más allá del visto bueno de los reguladores, muchos analistas creen que el éxito final de la operación podría depender de una mejora en la oferta. En un reciente informe, Deutsche Bank calcula que BBVA podría agregar un pago en efectivo de entre 1.000 y 1.500 millones de euros en la OPA.
El importe total de mejora de la oferta, que está “bastante limitado” por el exceso de capital actual a no más de 3.000 millones de euros, podría llevar a añadir un pago en efectivo de alrededor de 1.000 o 1.500 millones de euros, lo que supondría un aumento de la oferta de entre el 7% y el 11%. Esto “podría ser lo suficientemente atractivo como para superar el objetivo de aceptación mínima” de la OPA, señala la firma alemana.
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En términos generales, Deutsche Bank afirma que la operación se ha vuelto “mucho más engorrosa” de lo que BBVA anticipaba en el momento del anuncio. El entorno para el banco ha cambiado y tiene “más razones” para acometer la OPA, teniendo en cuenta las incertidumbres sobre la evolución de la economía de México -su principal geografía por beneficios- ante la política arancelaria de EEUU.
“Con la oferta inicial, creíamos que el potencial acumulativo del beneficio por acción (BPA) era insuficiente para genera un interés significativo en la operación. Sin embargo, consideramos que la adquisición es un movimiento estratégicamente sólido que reequilibraría las cuentas de BBVA, ante la creciente dependencia del banco de los mercados emergentes, en particular de México”, sostiene al respecto.
Con esta operación, la contribución de España al grupo podría aumentar entre ocho y nueve puntos básicos y supondría el 40% del beneficio de BBVA en 2027, cuatro puntos básicos menos que México. Así, Deutsche Bank sostiene que no sería un cambio “radical”, pero sí mejoraría la resistencia del banco a la volatilidad de los mercados emergentes. Es en esta situación en la que la entidad alemana cree que BBVA podría verse “incluso más obligada” a comprar Sabadell.
Perspectiva de Banco Sabadell
En el lado de Sabadell, Deutsche Bank cree que los inversores inicialmente se resistieron a la oferta debido a la evolución en Bolsa de la entidad, cuyo precio podría estar por encima de la oferta propuesta por BBVA.
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“Sin embargo, al precio actual de las acciones de BBVA, la oferta de aproximadamente 2,50 euros por acción por Sabadell parece más razonable”, agrega el análisis, que reconoce la posibilidad de que haya aumentado la disposición de los accionistas a vender, sobre todo, para “mitigar el riesgo de una posible caída en el precio de las acciones de Sabadell si la adquisición fracasa (aunque se espera que dicha caída sea temporal)”, explica el informe.
Así, Deutsche Bank ve “probable” que si la OPA se lanzase ahora sería “relativamente bien recibida”, aunque si se añadiese un componente en efectivo sería “más atractiva”.
Además, también incluye la posibilidad de que sean los grandes fondos, los inversores institucionales, los que “intenten presionar” a BBVA a aumentar la oferta, a pesar del “reiterado” rechazo por parte de la dirección del banco de aumentarla.
El informe señala que la oferta se ha modificado solo para incluir los ajustes por dividendos, pero que existe margen para mejorar el precio con un pago adicional en efectivo. Y de ahí, el análisis incluye el cálculo de un pago de entre 1.000 y 1.500 millones de euros.
En cuanto a los plazos, Deutsche Bank sostiene que todavía es incierto, aunque cree que la “oferta final” podría producirse en mayo o junio. Dependerá, sin embargo, de cuánto tiempo se tome el Gobierno para dar su decisión.
“Aunque teóricamente el Ejecutivo tiene 45 días para responder a la propuesta final de la CNMC, si hay más retrasos podría hacer que la resolución de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se acerque a julio, lo que supondría posponer el lanzamiento de la OPA hasta septiembre”, afirma al respecto.