El S&P 500 ha hecho un año de récord. El selectivo de las 500 empresas más influyentes de Wall Street ha cerrado (de momento) en un máximo histórico 50 veces este ejercicio, una cifra que coloca a 2024 muy por encima del promedio a largo plazo de 18 máximos históricos por año.

A nivel de revalorización, el S&P 500 suma más de un 24% en el acumulado del año. Además, si hablamos de hitos, la racha de las grandes compañías tecnológicas americanas llevaba al índice por encima de los 5.000 puntos en el mes de febrero, mientras que los 6.000 se superaban el pasado 8 de noviembre, al calor de la victoria de Donal Trump en las elecciones de EEUU y las expectativas de que el republicano reduzca impuestos a las empresas y flexibilice regulaciones.

¿Hay margen para seguir subiendo en este anticipo de rally navideño?

En este punto, los inversores afirman que Papá Noel ha llegado temprano a Wall Street este año, pero también se preguntan si el rally de Navidad -que suele producirse en los últimos días de diciembre y los primeros de enero- ya está agotado o, por el contrario, puede continuar la celebración en forma de repuntes en las bolsas estadounidenses.

Si tiramos de datos históricos, el optimismo debería seguir en el aire. Y es que, noviembre y diciembre suelen ser meses fuertes para la bolsa. En concreto, desde 1950 noviembre ha sido el mejor mes para el S&P500, según el Stock Trader's Almanac. En años electorales, este fenómeno tiende a acentuarse, ya que los inversores suelen prepararse para posibles cambios en las políticas o ajustes en el gasto gubernamental.

Previsiones moderadamente alcistas para finales de 2024 y de doble dígito para 2025

Si nos atenemos a las previsiones de las principales casas de análisis, el potencial para lo que resta de 2024 sería alcista, aunque no demasiado amplio. Aunque no todos tienen una visión tan parca...

En el lado más optimista, Andrew Tyler, jefe de inteligencia de mercado estadounidense del banco JPMorgan Chase, cree que el mercado de valores experimentará mayores subidas en los dos últimos meses del año en comparación con lo que se observó hace ocho años después de que Donald Trump ganara su primera elección presidencial. “Espero que los retornos de 2024 sean mayores que los de 2016”, año en el que el S&P 500 se disparó más del 5% durante los dos últimos meses del año.

"La fortaleza de las Siete Magníficas seguirá impulsando los mercados de renta variable, mientras que el sector financiero será el más rentable del S&P 500 hasta finales de año", refleja la nota de JPMorgan que, sin embargo, no da previsiones acerca de lo que ocurrirá en 2025, donde se avecinan mayores riesgos.

Por su parte, y ya dando números exactos, Bank of America estima que el S&P 500 terminará el año en los 6.000 puntos y cita a la “mejora del crecimiento y la desaparición de la incertidumbre electoral” como principales factores positivos. No obstante, teniendo en cuenta que el S&P 500 ha subido un 70% desde el inicio de su mercado alcista en octubre de 2022, y tras el repunte posterior a las elecciones de EEUU, los analistas del banco americano señalan que el final de ejercicio no está exento de 'posibles baches', qué podrían hacer tambalearse a las acciones. "Los riesgos incluyen una guerra comercial global que aumente la inflación, los shocks de tasas, el riesgo de recesión del PIB y la recesión de ganancias", apuntan.

Por otro lado, "el S&P 500 es estadísticamente caro según casi todos los indicadores. Según cálculos básicos, la relación precio-beneficio normalizado actual de 27x implica retornos de precios del 1% anual durante la próxima década. Sin embargo, el índice es de mayor calidad, tiene menos apalancamiento y es más liviano en activos que en décadas anteriores, lo que sugiere que las previsiones de retorno basadas en la prima actual en comparación con el historial probablemente sean demasiado pesimistas".

De cara al próximo ejercicio, Bank of America espera que las ganancias por acción (EPS) del índice aumenten un 13% a 275 dólares en 2025. "Un posible Trump 2.0 refuerza esta perspectiva con recortes fiscales, menos regulación y la continuidad de la relocalización, factores procíclicos". Sin embargo, existen riesgos que podrían reducir este procentaje:

  1. Aranceles bilaterales (60% en el comercio EE. UU.-China y más del 10% en el comercio EE. UU.-Resto del Mundo) podrían reducir el EPS en más del 10%.
  2. La incertidumbre en torno a las políticas podría catapultar al mundo hacia una recesión, llevando el EPS del S&P a una baja del 20%.
  3. Un shock inflacionario causado por aranceles y una inmigración más estricta podría disparar el rendimiento de los bonos del Tesoro a 10 años, lo que se traduciría en una caída del 10% en el EPS (más detalles abajo).

Mike Wilson, estratega jefe de acciones estadounidenses de Morgan Stanley, espera que el S&P 500 vuelva a alcanzar niveles máximos históricos a finales de año. “Estamos en medio del FOMO (miedo a perderse la temporada). La gente necesita rendir al máximo en los próximos dos meses", señala a Bloomberg.

Además, Wilson, conocido por sus opiniones bajistas sobre la renta variable estadounidense en los últimos años, tiene una perspectiva totalmente alcista para 2025. El estratega espera que el S&P 500 termine el próximo año en torno al nivel de 6.500, un 11% por encima de los niveles actuales de cotización del selectivo. “Las valoraciones estadounidenses son elevadas, pero esto se ve favorecido por una mejor situación macroeconómica en Estados Unidos, una posible futura política arancelaria estadounidense más negativa para el crecimiento del resto del mundo y un estado de ánimo que lleva a que el rally se amplíe”, señalan desde Morgan Stanley. La desregulación bajo la administración de Donald Trump también beneficiará a las empresas estadounidenses, "aunque el impacto de otras posibles políticas no está claro", detallan.

“Esperamos que esta expansión del crecimiento de las ganancias continúe a medida que la Fed recorte las tasas el próximo año y los indicadores del ciclo económico sigan mejorando”, detalla Wilson en las perspectivas de Morgan Stanley para 2025. La puesta en marcha de la agenda económica de Trump puede apoyar aún más la percepción, aunque Wilson recomienda a los inversores mantenerse ágiles en su selección de sectores y acciones, dada la falta de visibilidad sobre el impacto de las políticas sobre inmigración, comercio, desregulación y gasto público.

La incertidumbre postelectoral también ha llevado a los estrategas a mantener un abanico de resultados para las acciones más amplio de lo normal. En el peor de los casos, el S&P 500 caería un 22% hasta los 4.600 puntos, mientras que en el caso más optimista, el índice subiría un 26% hasta los 7.400 puntos. 

Uniéndose a su homólogo Morgan Stanley, el banco Goldman Sachs ha pronosticado que el índice S&P 500 alcanzará los 6.500 puntos a finales de 2025, gracias al crecimiento continuado de la economía estadounidense y de los beneficios empresariales. Goldman ha señalado que las "Siete Magníficas" superarán colectivamente al resto de las 493 empresas del índice de referencia el próximo año. Sin embargo, estas siete empresas rendirán sólo 7 puntos porcentuales más, el margen más estrecho de los últimos siete años. "Aunque la historia de los beneficios 'micro' respalda el rendimiento superior continuado de las Siete Magníficas, el equilibrio de riesgo de factores más 'macro' como el crecimiento y la política comercial se inclinan a favor de las 493 (empresas) del S&P", apuntan desde Goldman Sachs.

De cara a este año, los analistas de Goldman creen que el índice de las 500 empresas más importantes de la bolsa americana alcanzará los 6.000 puntos a finales de 2024 y que las ganancias por acción (EPS) del índice aumentarán hasta los 268 dólares, o un 11% interanual. Además, sostienen que las sólidas condiciones macroeconómicas a gran escala sostendrán esta expansión, y los márgenes de ganancias deberían experimentar una expansión gradual del 11,5% al 12,3% durante 2025.

Por último, Citigroup también se muestra optimista sobre el mercado bursátil de cara a finales de año y, aunque mantiene su objetivo base de 5.600 para el S&P 500, apunta que su "caso alcista de 6.100 está potencialmente al alcance si se asegura un repunte de fin de año".

Eso sí, los analistas de Citi creen que las estimaciones de consenso para 2025 “siguen siendo demasiado altas y deberían tender a la baja a partir de ahora”.