Todos sabemos que es bueno invertir y que hay que hacerlo cuanto antes. Ayer mejor que hoy y hoy mejor que mañana. Pero no vale hacerlo a lo loco. No se trata de ir al casino de la inversión, sino de hacerlo con criterio. Quizá una de las primeras preguntas que nos tengamos que hacer es dónde queremos invertir. En este primer “dónde” podemos encontrar múltiples respuestas: fondos de inversión, regiones, sectores, tipos de compañía, estilos de inversión, bróker, cantidad, suscripciones periódicas… Son muchas las incógnitas. Aquí vamos a tratar de resolver una que, a mi juicio, es de las más importantes: la región.
No es bueno poner todos los huevos en una misma cesta, pero es mejor sobreponderar aquellas cestas que pensamos que darán mejor rendimiento. Por eso, la región a invertir es esencial. Nunca sabremos si estamos acertando, pero existen indicadores que nos pueden ayudar. Por ejemplo, la región americana muestra síntomas de ser una de las mejores actualmente. Y eso que las valoraciones son bastante exigentes.
No se puede hacer teoría de la historia, pero ayuda. Los datos estadísticos no aseguran que eso se vaya a repetir en la actualidad, ni mucho menos en el futuro, pero sí nos da un termómetro de información pasada que es muy relevante. En el caso de Estados Unidos, en un plazo de 20 años es imposible haber perdido dinero. Podemos coger cualquier día que queramos y, 20 años después habríamos obtenido rentabilidad positiva. Incluso quien invirtió todo antes del crack del 29. Ese también.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Para verlo de forma más clara. El peor inversor del mundo, en un año habría podido cosechar unas pérdidas del 44%. Es decir, el que compró más caro en el año en que cayó más el mercado. El mejor habría obtenido un 53%, pero más del 70% de los inversores habrían obtenido rentabilidades positivas.
A 15 años, el peor inversor del mundo, ese que compra en el máximo y vende en el mínimo, habría perdido un 3%, mientras que el mejor tendría un +1.246%. Eso sí, el 99% de los inversores obtuvieron una rentabilidad positiva. Y a 20 años, todos, ¡todos! Han tenido rentabilidades interesantes. Ese inversor gafe, haciéndolo lo peor que se pueda hacer, tuvo unas plusvalías del 60% a 20 años y el 100% de los inversores obtuvo una ganancia, de más del 2.500% en ciertos casos. Por cierto, la rentabilidad anualizada del S&P 500 (1928-2024) es del 10,0% anualizado, no está mal, ¿no?
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Pero si lo hacemos combinando renta variable y renta fija, el resultado es todavía más impresionante, porque en periodos de 5 años, el 99% de los inversores obtienen plusvalías y a 10 años el 100%. Insisto en que esto que ha sucedido en el pasado no tiene que repetirse ahora. Pero cuando ponemos datos desde 1928, algo de seguridad da. Por lo menos a mí.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Podríamos poner decenas de gráficos y tablas que nos ayudan a defender la inversión en Estados Unidos como una garantía del éxito en el medio plazo. Tampoco quiero cansar, pero sí demostrar que, cuando uno tiene muchos datos, estos suelen distribuirse como una distribución normal. Y es lo que vemos en las rentabilidades del S&P 500. Y esto me parece relevante porque quiere decir que contamos con datos suficientes para establecer la significancia de los datos que, aunque no se vayan a repetir en el futuro, nos da bastante seguridad en que es muy posible que sigan un patrón similar. Por supuesto, esto no es lo único que hay que analizar. De hecho, no es lo más importante. Pero si observamos los datos macroeconómicos clave de la economía americana, veremos que sigue contando con un potencial muy bueno: bajada impositiva, recorte del gasto público, crecimiento del PIB sólido, inflación relativamente controlada, fortaleza de la divisa, crecimiento de la renta per cápita, buenos datos de empleo, resultados empresariales de sus compañías más que aceptables, etc.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Por tanto, si quieres invertir, aun no poniendo todos los huevos en la misma cesta, revisa qué sitios son más rentables y cuáles tienen mayor potencial. Hay muchas variables y datos en los que te puedes fijar. Los que hemos puesto son solo algunos, pero te pueden servir para un análisis rápido de la situación. Si quieres profundizar más, hay que estudiar más. Lo que mucho vale mucho cuesta. Y si no sabes qué datos mirar, para estamos los analistas. Pregunta, que nunca está de más, en general, y particularmente en tus inversiones. Nadie es experto en muchas cosas. Yo sé muy poco, aunque sepa un poquito más de inversiones. Aun así, no sé qué pasará en el futuro -y tampoco lo saben otros asesores y analistas, así que no te fíes de ellos si te venden que saben lo que va a suceder-.
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