La pandemia de coronavirus está desencadenando una crisis mundial de proporciones épicas. De hecho, las economías de todo el mundo están entrando en una espiral económica descendente y la confianza tanto de las empresas como de los hogares está recibiendo un duro golpe.
¿Hasta dónde llegarán los efectos negativos?
Lamentablemente, la magnitud y la persistencia de las repercusiones económicas son desconocidas porque la duración de la crisis económica depende de la forma en que se comporte el virus y de las reacciones de las políticas de salud pública que se apliquen.
No obstante, desde Bank Defrood Petercam creen que es probable que la actividad económica se recupere a partir del tercer trimestre. Aunque todo dependerá de la eficacia de las medidas políticas adoptadas para apoyar a los trabajadores y las empresas durante la recesión y del repunte de la confianza.
¿Cuál es el mayor riesgo: la inflación o la deflación?
Desde la gestora consideran que las medidas que se adapten marcarán la hoja de ruta de esta recuperación, ya que, además, se está entrando en un shock importante de oferta y demanda. La oferta limitada provocará que los precios de algunos productos (principalmente los alimentos y manufacturas) tiendan al alza, mientras que la escasez de demanda empujará los precios del petróleo y otras materias primas a la baja. En conjunto, el efecto debería tender hacia una desinflación, ya que la debilidad de la demanda probablemente durará más tiempo que los efectos de la interrupción de la oferta.
No obstante, hay que tener en cuenta que las enormes oscilaciones de los precios de las materias primas tendrán grandes consecuencias para la inflación general a corto plazo. La inflación general primero se sumergirá en territorio negativo antes de que probablemente se dispare de nuevo con la recuperación económica.
Así pues, la crisis podría tener consecuencias inflacionistas a largo plazo, dado el enorme estímulo fiscal y monetario que se está proporcionando y el riesgo de que los gobiernos aumenten su deuda. En este sentido, países como España o Italia están viviendo una mayor exposición a los efectos del virus. Por tanto, el foco está puesto en la respuesta común que tome Europa. De momento, no se están tomando medidas en conjunto y una respuesta contundente y coordinada empieza a ser muy necesaria. Surge la pregunta: ¿qué ha hecho Europa o el euro por estos países?
Lamentablemente y de forma preocupante, en opinión de Bank Degroof Petercam, esta solidaridad no existe en este momento. Es cierto que actualmente se están debatiendo varias opciones en los círculos políticos y académicos, como las líneas de crédito del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) y los "coronabonos”, pero para la mayoría de los economistas ha sido evidente desde hace mucho tiempo que la unión monetaria de la zona euro debería cimentarse en una unión presupuestaria y política mucho más fuerte.