El refugio del oro ya no protege. Los inversores huyen y dejan de realizar estrategias en largo con el metal precioso según la evolución que ha tenido en los mercados en los últimos meses. Y es que ha llegado a pasar de más de 1.900 dólares a encontrarse en torno a la zona de los 1.145 dólares.


Durante dos años hemos visto en el gráfico de su precio cómo se ha desplomado literalmente. De tocar el cielo a bajar a niveles terrenales. En los años de recesión sirvió a muchos operadores como activo en el que resguardarse de los vaivenes de las bolsas. Ahora ya no atrae a esas cotas.




Pero eso no es lo más preocupante. Parece que ahora empieza a marcar una tendencia aún más bajista como ya señalan desde hace tiempo los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión que el activo tiene un aspecto técnico negativo tanto en el corto plazo como en el largo plazo. Solo le salva la volatilidad a medio y largo plazo, que es decreciente. 



Por eso muchos expertos empiezan a hablar de cuál es el recorrido que tendrá el oro en los próximos meses. Dicho de otra forma, si seguirá en esta espiral de descenso y, en ese sentido, hasta qué zona lo podríamos ver, o si por el contrario este desempeño se terminará frenando para rebotar de nuevo.

Recientemente Todd Gordon, fundador de TradingAnalysis.com y experto en materias primas, explicaba que “el oro se encuentra en problemas” después de haber roto “unos niveles bastante significativos".

En particular, Gordon se mostraba preocupado de que el metal dorado pudiera tener mayor recorrido a la baja. “Técnicamente hablando, tenemos que mirar en el aspecto que hemos visto en oro desde alrededor de 2001”, aseguraba.

En su opinión un retroceso “típico normal” sería de “aproximadamente un 50%”. Teniendo en cuenta los niveles actuales, eso supondría que la onza se encontrara en torno a los 700 dólares. O lo que es lo mismo, volvería a una zona en la que no se ubicaba desde el año 2008. "El oro tiene que caer significativamente más", afirmaba Gordon.

Por otra parte, Jim Rogers, que siempre ha sido uno de los expertos más activos de materias primas y en concreto del metal dorado, por lo que muchos esperan su punto de vista como agua de mayo, comentaba esta circunstancia. El inversor hace pocos días expresaba que no era momento de comprar oro ahora, pero porque consideraba que fuera a caer más.

Rogers dedía que en estos momentos no está “en niveles atractivos” y que dentro de unos meses podrá ser una “gran oportunidad de compra de cara al futuro”. En esta línea, afirmaba que no es momento tampoco de deshacerse del oro en cartera, porque volverá a subir su precio en el largo plazo.

Ryan Chilcote, en Bloomberg, hablaba también de la posibilidad de que el oro cortase a la baja la zona de los 1.000 dólares. Para ello se centraba en las compañías cuya operatividad se centraba en el metal precioso. Argumentaba que no estaban generando gran actividad como para que efectuase un rebote significante.

Sin embargo, Mark Newton, de Greywolf, era más optimista en la última semana. El experto argumentaba que el oro “se encuentra en su etapa final de descenso desde los máximos de 2011”, para volver a dibujar “una tendencia alcista”.

Newton señalaba que hay dos aspectos positivos a de la caída del oro: La presencia de las condiciones de sobreventa y el sentimiento abrumadoramente bajista. "El Índice de sentimiento diario (DSI) alcanzó una lectura de 4, lo cual es lo más bajo que he visto este año, y por lo general la tendencia está cambiando”, apuntaba.

En contraposición, David Seaburg, de Cowen and Co, señalaba que para el largo plazo el panorama fundamental para el oro es sombrío. "Hay una débil demanda de India y China, y la fortaleza del dólar hace que el temor de una deflación esté en el horizonte”, comentaba en Talking Numbers.

Por lo tanto, el camino que puede realizar el oro es incierto, aunque todo parece indicar que en el corto plazo, según opina la media de los analistas, seguirá descendiendo. El asunto es dónde se cortará y cuando. Tiempo al tiempo.