Las sanciones petroleras de Irán, los embotellamientos de esquisto, el colapso de Venezuela y el crecimiento de la demanda representan un riesgo al alza para los precios del petróleo.

La incertidumbre reina en el mercado del crudo, después de que, según Bloomberg, el jueves pasado el ministro de Energía saudita, Khalid Al-Falih, adelantase que podría atender a esta solicitud de EEUU de aumentar el bombeo. Aunque  “si el presidente Donald Trump obtiene lo que quiere de la Organización de Paises Exportadores (OPEP), eso podría no marcar el fin de los altos precios del petróleo de los que se queja desde hace meses”, señala la agencia.

El analista de Jefferies, Jason Gammel, asegura que “en 30 años de cubrir el mercado petrolero no recuerda haber visto algo como el pedido del Departamento de Estado de EEUU al cártel. Este es el nivel más bajo de capacidad excedente del sistema mundial con relación a la demanda que yo haya visto. La capacidad excedente se está acercando a un punto precariamente bajo y un barril de crudo a $100 es una posibilidad realista”, explica Gammel.

Según Jefferies  las sanciones que Trump le impuso Iran después de romper el acuerdo nuclear internacional han tenido un impacto más grave en sus exportaciones de petróleo de lo que esperaban muchos actores del mercado (...) ese ha sido el principal motor del aumento del precio, y la situación podría empeorar cuando las sanciones comiencen a aplicarse el 4 de noviembre. “No creo que estemos reflejando aún todo el impacto de las sanciones iraníes en el precio”, asegura Gammel.

 

 

En este sentido, los expertos de Bank of America Merry Lynch (BofMA), que reconocen haber tenido que modificar sus previsiones (pronostican que para este final de año el barril alcanzará los 95$) "el factor más importante a corto plazo de los precios del petróleo es el shock de oferta que viene de Irán debido a las sanciones inminentes de Estados Unidos. Irán exportó más de 2,1 millones de barriles por día el año pasado. El objetivo declarado de la administración de los Estados Unidos es reducir ese número a cero".

Aunque las sanciones son unilaterales, se aplican a todas las empresas que hacen negocios en los Estados Unidos. Incluyendo las compañías navieras y de seguros. Esto le da a los Estados Unidos poder para forzar a otros países para cortar sus importaciones de petróleo iraní.

China y la India juntas representan casi el 60% de las exportaciones de petróleo de Irán este año. Esto deja a China con espacio suficiente para aumentar sus compras a Irán, posiblemente en un rango inferior de precios. Sin embargo, hacerlo aumentaría aún más el conflicto comercial de China con  la administración estadounidense por lo que los analistas de BofAM creen que Xi Jinping tomará una solución a medio camino: mantener sus importaciones actuales desde Irán, desafiando las sanciones, pero sin llegar a aumentar su cantidad.

En este caso los beneficiarios de las importaciones chinas podrían ser los productores de África Occidental.

Por su parte, el colapso de la economía venezolana está causando una mayor interrupción del suministro. La producción en Venezuela se encuentra en su nivel más bajo desde la década de 1940.

Mientras tanto, los productores de esquisto de EEUU se enfrentan a cuellos de botella en la infraestructura y la oferta de mano de obra.

 

¿Cómo afectaría el precio del petróleo al crecimiento?

El impacto en el crecimiento sería especialmente sensible, según el informe de BofAM en la Zona del Euro, Japón, China e India.  La depresión para estos países según la entidad sería del 0.2-0.5pp el próximo año.

En el lado contrario, las grandes ganancias para Arabia Saudita y Rusia no compensarían la interrupción del comercio causados ​​por la desaceleración del crecimiento en la mayoría de las principales economías globales.

En términos globales  los cálculos apuntan a que un barril de petróleo a 100$ durante un año podría reducir dos décimas el crecimiento mundial en 2019.

Una incertidumbre más a unir a las que sobrevuelan ya las cabezas de los inversores.