El shale oil norteamericano empieza a salir rentable con un barril en torno a los niveles de los 60 y 70 dólares. Si llega a cotizar sobre esa zona es entonces cuando el resto de productores pueden verse afectados seriamente. Pero en el otro punto nos encontramos con que si el precio se sitúa por debajo de los 40 dólares, las finanzas públicas de estos países comienzan a resentirse seriamente. Algo que ha sucedido con los movimientos realizados por la OPEP con los saudíes a la cabeza.
Desde el punto de vista de José Lizán, gestor de Auriga, considera que en este evento se va “a nada y guardar la ropa”, porque no quieren un crudo en 70 dólares puesto que “eso sería volver hacer eficientes a los productores que quieres perjudicar y todas esa sobreoferta que hay se reduzca” mo porque ellos reduzcan producción, sino porque “los productores ineficientes salgan del mercado”.
En opinión del analista “el acuerdo creo que será de congelación o de ya veremos a futuro. Algo muy neutro que permita al crudo que permanezca en el rango lateral sin que vuelva por debajo de 30 dólares”. Van a intentar tener un crudo “lateralizado entre niveles de 35 y 50 dólares barril en los próximos dos o tres años”. Así, el punto de equilibrio rondaría “los 40 o 42 dólares el barril y es en lo que nos vamos a mover ahora”.
Para Víctor Peiro, director de análisis de BEKA Finance, el encuentro se está “descontando ya en parte” por el mercado. El petróleo había llegado a superar ligeramente los 40 dólares por barril y probablemente ese sea el techo a corto plazo, “porque Arabia Saudí ya ha dicho que no va a frenar la producción si el resto de países no lo hacen”.
En este sentido, el experto también señala que “Irán lógicamente tampoco quiere frenar la producción y por tanto no esperaría mucho de esa reunión”. Por eso “esperaría desacuerdo”, por lo que es probable que “nos vayamos otra vez a la banda baja de precio del petróleo. Por eso habrá dientes de sierra y volatilidad en los mercados”.
Esa misma línea es la que maneja Ramón Morell, director general de ETX Capital en España. Desde su punto de vista tampoco se puede esperar demasiado de la reunión de los productores “ya que no es posible poner de acuerdo lobos y corderos, que son los que forman la OPEP”.
Morell sostiene que por mucho que oigamos rumores que apuntan a que se va a congelar la producción a niveles de febrero para empujar los precios arriba, “no es creíble”. Por eso trasladado al mercado lo que deberíamos ver en el corto plazo es “mucha oscilación del precio en estos días, con subidas y bajadas importantes hasta el día 17, cuando se producirá la calma porque no habrá acuerdo”.
Por su parte, Sara Carbonell, analista de CMC Markets, opina que lo que se va a confirmar el domingo “es la congelación, aunque no es descartable que países, como Venezuela, apuesten por un recorte”. En cualquier caso, si existe una congelación, comenta que va a ser distinto “a lo que sucedió en febrero, ya que esta entonces fue un pacto entre cuatro países y esta vez va a ser entre más”.
Sobre cómo puede reaccionar el petróleo en el conjunto del año, Carbonell indica que “podríamos estimar niveles de 55 dólares o 65 dólares” para final del ejercicio. Así, el verdadero impulso de superar esos niveles “no podríamos verlo hasta 2017”.
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