Repsol trata de estabilizarse tras el fuerte varapalo bajista iniciado la pasada semana y que tuvo ayer su culminación. Con una volatilidad extrema, desde pérdidas del 1,5% hasta superar el 6% en las caídas de su precio, lo que el valor hacía era reflejar el contexto que hacía caer de golpe el precio del crudo en los mercados internacionales con recortes más que significativos.
Si en los últimos días, las noticias que llegaban de JPMorgan Chase colocaban un precio estratosférico de hasta 190 dólares si Rusia cerraba este próximo invierno el grifo del gas y el petróleo para Europa, con un escenario, además, que, puestos en lo peor, coloca al barril en unos estratosféricos 380 dólares por barril.
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En su gráfica de cotización, vemos que Repsol cerraba ayer de nuevo claramente en negativo, lo que demuestra que, incluso los valores más favorecidos hasta ahora por la dinámica y las noticias del mercado presentan caídas importantes, en especial con el descenso del crudo. En una sesión de clara montaña rusa el valor cedía un importante 5,7% que completaba caídas superiores al 19% en las cuatro semanas últimas y que vuelve a colocar al valor por debajo de los 13 euros.
Algo que Repsol no registraba desde el pasado 29 de abril. Además, reduce de forma más que consistente sus avances anuales que superan el 25%, aunque se mantiene como el tercer mejor valor del año.
Y es que si Rusia recorta en tres millones de barriles su suministro diario el Brent se iría a los 190 dólares casi de inmediato, mientras que si la reducción fuera de hasta 5 millones, el precio se duplicaría, señalan los analistas del banco de inversión americano. Como se trata de un mercado, el del petróleo, muy estrecho y sin que la OPEP+ ayude, sería una forma de infligir dolor a Occidente a modo de represalia por las acciones y podría convertirse en realidad.
Citigroup piensa todo lo contrario. Considera que a finales de este año podría caer hasta los 65 dólares para llegar incluso más abajo, a los 45 dólares a finales de 2023, en caso de que se produzca una recesión. Nomura así lo afirma en los próximos doce meses para la Zona euro, Canadá, Austria, Japón y Corea del Sur.
Todo ello aderezado con el dividendo de la compañía a cargo de los resultados de 2021 que llega mañana jueves, con el pago de 0,33 euros brutos por acción, que suponen una rentabilidad por dividendo del 2,4% para sus títulos. Y los rumores en el mercado sobre la posibilidad de un dividendo extraordinario no se hacen esperar, aunque no se sabe nada, como noticia, al respecto, ante un año francamente bueno para la compañía a cuenta de la subida del precio del crudo.
A pesar de todo, los analistas siguen confiando, al menos hasta la fecha, en el valor. El último en la mejora es la firma neoyorkina Jefferies que eleva su precio objetivo de los 18 a los 19 euros por acción, con un margen de mejora potencial sobre su cotización del 43%. Y, además, aunque con menor recorrido, Deutsche Bank eleva su PO hasta los 16,8 euros, mientras que Royal Bank Canada lo deja en 16,5 euros, también lo sube. Desde BNP Paribas elevan hasta los 17,50 euros su evolución positiva potencial.
Pero lo cierto es que más allá de eso, el miedo a la recesión real lleva a los futuros del Brent, ahora mismo, para enero, febrero y marzo de 2023 a colocarse en la horquilla de los 94,67 hasta los 91,64, en todos los casos por debajo de los 100 dólares por barril.
Repsol “rompe la resistencia relevante de los 11,462 euros por acción, reactivando la secuencia de mínimos y máximos ascendentes que parte desde OCT 2020. Los niveles de soporte están situados en: (1) la línea de tendencia alcista de medio plazo de color negra, (2), el nivel 13,305 euros, (3) la media móvil simple de 200 periodos, (4) el nivel de resistencia 11,462 euros, (5) la línea de alcista de largo plazo en color fucsia y (6) soporte clave en 9,370 euros por acción”.
Repsol en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Y los indicadores técnicos de Estrategias de Inversión nos colocan a Repsol con una puntuación, en modo consolidación y a la baja de dos puntos, de 7 puntos totales de los 10 posibles a los que puede aspirar el valor. Con tendencia mixta: alcista a largo plazo y bajista a medio.
Con momento total lento y rápido positivo para el valor, con volumen de negocio creciente, en ambas vertientes para Repsol y, en el lado contrario nos encontramos con una volatilidad que sube, es creciente para el valor, tanto a medio como a largo plazo.