Miedo a la recesión, carry trade….son algunos de los factores que llevaron a las bolsas a caer en las primeras sesiones de agosto. Y el Nikkei no fue una excepción, .llegó a registrar caídas de más del 12% en el que ha pasado a denominarse “lunes negro” debido al cambio de rumbo en la política monetaria del Banco de Japón.
Mientras la FED parecía decidida a bajar sus tipos de interés, el Banco de Japón agitó a los mercados diciendo que iba a endurecer su política monetaria, lo que provocó el llamado carry trade. Esto es, los inversores japoneses, y no sólo de Japón, durante años habían pedido crédito en yenes aprovechando tasas negativas o tasas al 0%, invirtiéndolo en diferentes activos y monedas. El incremento del yen a razón del incremento en los tipos suponía un incremento del coste y de la divisa, lo cual perjudica de manera significativa estas estrategias, denominadas como 'carry trade', que obliga a deshacer posiciones. Además, el Banco de Japón es uno de los mayores actores del mercado, y reducir sus compras tiene efectos importantes.
Dos semanas después parece que los inversores han perdido el miedo a una recesión o desaceleración económica brusca en Estados Unidos tras los últimos datos publicados el pasado jueves, ya que las ventas minoristas de julio superaron los pronósticos y los datos de paro semanal fueron mejor de lo previsto.
Además, el yen se ha estabilizado en niveles de 149 unidades por dólar lo que ha vuelto a permitir a los operadores realizar operaciones de 'carry trade', por lo que otra de las incertidumbres para el mercado japonés también parece haber quedado atrás.
Hoy el índice ha cerrado con caídas que superan los dos puntos porcentuales al tiempo que el yen vuelve a subir frente al dólar . Sin embargo, parecen caídas más tìpicas de la temporada estival en la que nos encontramos que algo más importante.