De hecho, en una reciente entrevista James Butterfill, director de análisis y estrategias de ETF Securities, comentaba que en el caso del Brexit la onza de oro podría “subir hasta los 1.400 dólares la onza porque veríamos una mejora del sentimiento de los inversores hacia el oro, ya que funciona muy bien como protección contra eventos de este tipo”.
Y no es el único activo que podría servir como parapeto del temporal que se avecina. También lo puede ser el yen, como ya se está demostrando en estos momentos. Con respecto al dólar, la divisa japonesa está mostrando una revalorización de más del 4%. Subida que puede ir in crescendo en las próximas sesiones a medida que se vaya haciendo la digestión de la consulta celebrada en el conjunto de Gran Bretaña.
En último lugar, siempre han sido refugio los bonos. Sin embargo, con la situación actual en el que gran parte de la renta fija está proporcionando rentabilidades negativas, resulta arduo pensar que los inversores se decanten tanto como en otras ocasiones por estos activos como forma de salvaguardar su dinero. Con todo y con ello, la rentabilidad del treasury americano también ha tenido un impacto bastante notable con un repunte de más del 3%.