El presidente ruso, Vladimir Putin, ha lanzado unas desafiantes declaraciones desde el Foro Económico Internacional de San Petesburgo, en las que advierte de que las sanciones impuestas por Occidente, tanto a los intereses económicos de Rusia como a sus ciudadanos particulares tendrán un “efecto boomerang”.
“Las sanciones económicas como herramienta de presión política están atacando de manera eventual la economía de países que han promovido precisamente esas sanciones”, ha declarado, en la misma semana en la que Moscú y Pekín han firmado un acuerdo multimillonario en materia de energía, que convierte a China en el principal cliente de la energía rusa. Un movimiento visto desde Europa como la búsqueda por parte de Moscú de una alternativa a los ingresos que obtiene el Kremlin por ser el principal suministrador de energía en el Viejo Continente.
Putin ha ido incluso más lejos con su desafío, al anunciar que tiene planes para crear una nueva unión Euroasia, con Rusia y China como epicentros.
M.G.
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