De la misma forma los mejores traders tienen esa capacidad no sólo de detectar las operaciones más rentables (los puntos de inflexión del mercado) sino que además son capaces de sacarles la mayor rentabilidad posible. Los buenos traders no siempre obtienen ganancias con sus operaciones, pero son capaces de distinguir entre varias oportunidades. Son capaces de diferenciar entre las “buenas” y las no tan ”buenas” operaciones
Todos los que operamos hemos vivido esa sensación en la que uno inicia una operación aunque no sea perfecta (el precio o el indicador no rompe claramente el nivel establecido, el volumen no es el adecuado, el movimiento no está confirmado por otros valores o índices, etc). También hay momentos en los que uno sabe que delante tiene el trading perfecto. Todo está en su sitio. Todo está alineado. Todo coincide. Y muchas veces es en ese momento en el que surge la duda. “No me fío; no puede ser tan perfecto”, nos decimos. Y nos auto-convencemos de que si nosotros lo estamos viendo entonces es que todo el mundo lo está viendo y, por lo tanto, debe ser una trampa. Lo que suele pasar es que efectivamente era el trading perfecto y hemos perdido una buena oportunidad. El buen trader no sólo detecta esas oportunidades sino que confía en su sistema y es capaz de modular su apuesta en función del grado de probabilidad de éxito del trading. En definitiva, es capaz de ganar los puntos importantes del partido.