Como adelanté en la unidad anterior, para estudiar la inflación de un país vamos a analizar los siguientes indicadores: el índice de precios al consumo (IPC), el índice de precios industriales (IPRI) y el deflactor implícito del PIB.
1. El índice de precios al consumo (IPC).
El IPC es un índice de precios elaborado y publicado mensualmente por el INE (el IPCA, es el IPC armonizado, y es calculado por Eurostat, que es el instituto de estadística a nivel de la Unión Europea) que mide la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España.
Ahora bien, cada familia tiene un patrón de consumo diferente. Unos gastan más en vivienda, otros en alimentación, otros en cultura, etc. Con objeto de conocer el gasto medio de las familias españolas en los diferentes grupos de bienes, el INE realiza periódicamente unas encuestas de presupuestos familiares que permite elaborar esté indicador de precios con base en un año determinado, asignando diferentes ponderaciones a los diversos grupos de gasto (alimentos, vestido y calzado, vivienda, transportes y comunicaciones, medicina y salud, etc.).
En este sentido, el IPC general se calcula como la media aritmética del producto de los índices de precios de cada grupo por sus ponderaciones respectivas. Los números índice se construyen sobre un año base en el que la variable a medir toma el valor 100, reflejándose sobre este valor teórico las variaciones de valor que va tomando la variable en los años sucesivos.
Así, la tasa de inflación entre dos períodos, consecutivos o no, se obtiene calculando la tasa de variación entre sus respectivos números índices.
La importancia del IPC no sólo estriba en ser un indicador de inflación, sino también porque se utiliza como referencia para diferentes revisiones de precios (alquileres, salarios, pensiones, etc.), constituyendo además su control el objetivo principal de la política monetaria.
El IPC general se suele analizar en diferentes subíndices en función de cada grupo de bienes, y porregiones geográficas, con el fin de conocer con más detalle qué y dónde se está originando con mayor intensidad la inflación para poder diseñar la política económica más adecuada en cada caso.
Ahora bien, de todas las desagregaciones posibles del IPC general hay una especialmente relevante denominada inflación subyacente (IPSEBENE en terminología del Banco de España: Índice de Precios de Servicios y Bienes Elaborados No Energéticos) que elimina del índice general la influencia de los precios relativos a la energía y alimentos no elaborados (petróleo y materias primas, fundamentalmente).
Dado que ambos elementos pueden considerarse factores exógenos, es decir, sobre los que no puede influir en modo alguno la política económica de un país, la inflación subyacente es un buen termómetro del componente estructural o doméstico de los precios, convirtiéndose por ello en un indicador al que, tanto los analistas como las autoridades monetarias, prestan una especial atención por su repercusión en la competitividad internacional de la economía del país.
2. Índice de precios industriales (IPRI).
Es un indicador de precios elaborado y publicado mensualmente por el INE que mide la evolución de los precios de los productos industriales fabricados y vendidos en el interior del país.
Quedan excluidas, por tanto, las ventas realizadas en el mercado exterior y las de los productos importados.
Este índice de precios incluye todos los sectores industriales (minería, manufacturas, gas, electricidad...), con la única excepción del sector de la construcción.
Los precios que se aplican para la elaboración del índice son los de venta en fábrica, es decir, sin gastos de transporte, seguro, comercialización, IVA...
Los analistas suelen utilizarlo como indicador adelantado del IPC, ya que aumentos en los precios industriales suelen trasladarse a los precios del consumidor final, que es lo que mide el IPC.
3. Deflactor implícito del PIB.
El Deflactor Implícito del PIB es un indicador que mide la evolución de los precios del conjunto de bienes y servicios que forman parte del PIB.
A diferencia del IPC, el DPIB tiene la ventaja de no estar calculado a partir de una cesta prefijada de bienes y servicios, por lo que cualquier cambio en los patrones de consumo de las familias, o la aparición de nuevos bienes y servicios, serán bien recogidos en este indicador, y no así en el IPC hasta tanto el Instituto Nacional de Estadística (INE) no realice una nueva Encuesta de Presupuestos Familiares.
El DPIB se dice que es implícito porque se obtiene de la relación por cociente del valor del PIB a precios corrientes y a precios constantes (estos conceptos los vimos en la unidad uno, en donde distinguíamos entre los conceptos de PIB nominal y PIB real).
Una vez calculados los deflactores implícitos de cada año, la tasa de inflación se obtiene a través de la tasa de variación entre tales índices en el período de análisis,
Para la reflexión.
Además de la solvencia del emisor de un bono, la inflación es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta un inversor en renta fija, por lo que los bonos ligados a la inflación pueden ser una alternativa como cobertura natural en aquellos periodos de expectativas de precios al alza.
El bono ligado a la inflación comparte características con el bono convencional: paga intereses a intervalos fijos y devuelve el principal al vencimiento. Ahora bien, la diferencia radica en que el tipo de interés y el valor al vencimiento del bono indexado se ajustan por la tasa de inflación durante el periodo de vida del título, lo que implica que cuando la inflación sube también lo hace el valor nominal del bono. Esta es la principal diferencia respecto al bono nominal, el cual pierde valor cuando sube la inflación. Asimismo, el cupón que paga el bono se ajusta por la tasa de inflación, lo que implica que en términos reales el cupón sea fijo.
En un contexto económico a nivel mundial marcado por las políticas monetarias extremadamente expansivas desarrolladas por los bancos centrales de las principales economías del mundo desarrollado, y la cada vez mayor demanda de bienes (materias primas, alimentos, de consumo duradero) por parte de los países emergentes,
1. ¿Creéis que existe riesgo de inflación a nivel global?
2. ¿Los bonos ligados a la inflación pueden ser un instrumento útil como protección en momentos de subida de los precios?
1. El índice de precios al consumo (IPC).
El IPC es un índice de precios elaborado y publicado mensualmente por el INE (el IPCA, es el IPC armonizado, y es calculado por Eurostat, que es el instituto de estadística a nivel de la Unión Europea) que mide la evolución del conjunto de precios de los bienes y servicios que consume la población residente en viviendas familiares en España.
Ahora bien, cada familia tiene un patrón de consumo diferente. Unos gastan más en vivienda, otros en alimentación, otros en cultura, etc. Con objeto de conocer el gasto medio de las familias españolas en los diferentes grupos de bienes, el INE realiza periódicamente unas encuestas de presupuestos familiares que permite elaborar esté indicador de precios con base en un año determinado, asignando diferentes ponderaciones a los diversos grupos de gasto (alimentos, vestido y calzado, vivienda, transportes y comunicaciones, medicina y salud, etc.).
En este sentido, el IPC general se calcula como la media aritmética del producto de los índices de precios de cada grupo por sus ponderaciones respectivas. Los números índice se construyen sobre un año base en el que la variable a medir toma el valor 100, reflejándose sobre este valor teórico las variaciones de valor que va tomando la variable en los años sucesivos.
Así, la tasa de inflación entre dos períodos, consecutivos o no, se obtiene calculando la tasa de variación entre sus respectivos números índices.
La importancia del IPC no sólo estriba en ser un indicador de inflación, sino también porque se utiliza como referencia para diferentes revisiones de precios (alquileres, salarios, pensiones, etc.), constituyendo además su control el objetivo principal de la política monetaria.
El IPC general se suele analizar en diferentes subíndices en función de cada grupo de bienes, y porregiones geográficas, con el fin de conocer con más detalle qué y dónde se está originando con mayor intensidad la inflación para poder diseñar la política económica más adecuada en cada caso.
Ahora bien, de todas las desagregaciones posibles del IPC general hay una especialmente relevante denominada inflación subyacente (IPSEBENE en terminología del Banco de España: Índice de Precios de Servicios y Bienes Elaborados No Energéticos) que elimina del índice general la influencia de los precios relativos a la energía y alimentos no elaborados (petróleo y materias primas, fundamentalmente).
Dado que ambos elementos pueden considerarse factores exógenos, es decir, sobre los que no puede influir en modo alguno la política económica de un país, la inflación subyacente es un buen termómetro del componente estructural o doméstico de los precios, convirtiéndose por ello en un indicador al que, tanto los analistas como las autoridades monetarias, prestan una especial atención por su repercusión en la competitividad internacional de la economía del país.
2. Índice de precios industriales (IPRI).
Es un indicador de precios elaborado y publicado mensualmente por el INE que mide la evolución de los precios de los productos industriales fabricados y vendidos en el interior del país.
Quedan excluidas, por tanto, las ventas realizadas en el mercado exterior y las de los productos importados.
Este índice de precios incluye todos los sectores industriales (minería, manufacturas, gas, electricidad...), con la única excepción del sector de la construcción.
Los precios que se aplican para la elaboración del índice son los de venta en fábrica, es decir, sin gastos de transporte, seguro, comercialización, IVA...
Los analistas suelen utilizarlo como indicador adelantado del IPC, ya que aumentos en los precios industriales suelen trasladarse a los precios del consumidor final, que es lo que mide el IPC.
3. Deflactor implícito del PIB.
El Deflactor Implícito del PIB es un indicador que mide la evolución de los precios del conjunto de bienes y servicios que forman parte del PIB.
A diferencia del IPC, el DPIB tiene la ventaja de no estar calculado a partir de una cesta prefijada de bienes y servicios, por lo que cualquier cambio en los patrones de consumo de las familias, o la aparición de nuevos bienes y servicios, serán bien recogidos en este indicador, y no así en el IPC hasta tanto el Instituto Nacional de Estadística (INE) no realice una nueva Encuesta de Presupuestos Familiares.
El DPIB se dice que es implícito porque se obtiene de la relación por cociente del valor del PIB a precios corrientes y a precios constantes (estos conceptos los vimos en la unidad uno, en donde distinguíamos entre los conceptos de PIB nominal y PIB real).
Una vez calculados los deflactores implícitos de cada año, la tasa de inflación se obtiene a través de la tasa de variación entre tales índices en el período de análisis,
Para la reflexión.
Además de la solvencia del emisor de un bono, la inflación es uno de los mayores problemas a los que se enfrenta un inversor en renta fija, por lo que los bonos ligados a la inflación pueden ser una alternativa como cobertura natural en aquellos periodos de expectativas de precios al alza.
El bono ligado a la inflación comparte características con el bono convencional: paga intereses a intervalos fijos y devuelve el principal al vencimiento. Ahora bien, la diferencia radica en que el tipo de interés y el valor al vencimiento del bono indexado se ajustan por la tasa de inflación durante el periodo de vida del título, lo que implica que cuando la inflación sube también lo hace el valor nominal del bono. Esta es la principal diferencia respecto al bono nominal, el cual pierde valor cuando sube la inflación. Asimismo, el cupón que paga el bono se ajusta por la tasa de inflación, lo que implica que en términos reales el cupón sea fijo.
En un contexto económico a nivel mundial marcado por las políticas monetarias extremadamente expansivas desarrolladas por los bancos centrales de las principales economías del mundo desarrollado, y la cada vez mayor demanda de bienes (materias primas, alimentos, de consumo duradero) por parte de los países emergentes,
1. ¿Creéis que existe riesgo de inflación a nivel global?
2. ¿Los bonos ligados a la inflación pueden ser un instrumento útil como protección en momentos de subida de los precios?