Tal y como ha comunicado esta mañana el organismo que preside Mario Draghi, los bancos europeos han pedido 82.600 millones de euros dentro de la celebración del primer programa TLTRO
Ha fallado, por lo tanto, la previsión de los analistas que calculaba esta cifra de peticiones entre los 300.000 y 400.000 millones de euros. De hecho, el propio presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, estimó en cerca del billón de euros el monto al que ascenderían estas solicitudes al cabo de los dos tramos de ‘ayudas’ previstos por el organismo. Es una cifra similar a la solicitada durante el primer programa LTRO que finalizó ascendiendo hasta los 1.018 billones de euros.
Nada más lejos de la realidad. La banca europea ha solicitado menos de un tercio de lo estimado por el consenso de analistas, en total 82.600 millones de euros.
En lo que respecta a la banca española, las estimaciones se comprometían con una horquilla que oscilaba entre los 37.700 millones y 54.000 millones de euros. A falta de conocer los datos disgregados entidad por entidad, así como país por país que no ha facilitado el Banco Central Europeo, hay quien cifra en 14.000 millones el importe total solicitado por nuestras entidades nacionales.
Según datos filtrados por el diario Expansión, tanto Banco Sabadell como Bankinter se habrían abstenido en esta barra de liquidez abocando cualquier posible petición de dinero al BCE hasta el mes de diciembre. En lo que respecta al resto de bancos españoles, ninguno de ellos se habría acercado ni tan siquiera al límite que tenía estipulado en base a los criterios que se fijaron para este TLTRO. Esto es, cualquier entidad no podría solicitar más del 7% de la cantidad total de sus préstamos al sector privado en la zona euro de carácter no financiero, excluyendo los préstamos a hogares para adquisición de vivienda.
Las cifras que aportaban fuentes del sector antes de este jueves dejaban al Banco Santander como el que mayor dinero iba a retirar del BCE a un tipo de interés del 0,15%. En total, 9.000 millones de euros. Según este diario, la entidad presidida por Ana Patricia Botín habría pedido 3.600 millones de euros.
La segunda entidad del país pensaba en un importe de 5.600 millones de euros (similar al Sabadell). BBVA finalmente habría solicitado 2.500 millones.
Lejos se ha quedado también Caixabank. Desde los 7.000 millones estimados a los 3.000 millones de euros que, en principio, habría pedido. El Banco Popular se habría quedado en una petición de 2.847 millones, mientras que Bankia se habría hecho con 2.700 millones de euros.
¿Decepcionante?
Al parecer sí y por dos motivos. En primer lugar, se puede hablar de falta de interés de las entidades financieras por prestar dinero. Es una ecuación tan simple como la que responde a ‘menor petición de liquidez, menor entrega de crédito a PYMES’. Ergo, el mercado del crédito está lejos de reactivarse.
Por otro lado, y esta opción va más allá de la falta de empatía de los bancos con la necesidad de financiación de las empresas, se encuentra la posibilidad de que no exista una demanda real de crédito. José Luis Cárpatos, analista independiente y colaborador de Estrategias de inversión, considera esta opción poco probable y, en su opinión, los bancos “nos están tomando el pelo a todos” al hablar de una “demanda poco solvente”.
Más allá de nuestras fronteras, existe una tercera posibilidad y son las dudas. Interrogantes que podrían pender sobre la cabeza de la banca europea ante el conocimiento de los resultados de los test de estrés. ¿No saben realmente la salud de sus propios balances? Algunas entidades podrían estar pendientes de conocer con exactitud dónde fallan sus cuentas para poder solicitar la cantidad necesaria en la segunda subasta de diciembre. En todo caso, la banca española parece ajena a cualquier tipo de duda sobre su viabilidad tras la gran reestructuración sufrida por el sistema financiero.