Carbonell añade que precisamente el sector financiero “es uno de los grandes pilares de la ideología de Trump, que no cree en la excesiva regulación por parte de la FED (de hecho cabe la posibilidad de su desaparición si él fuese presidente)”, y llevaría al sector a una “liberalización que le permitiría incrementar su beneficio”
Esto podría llegar de la mano, asimismo, de una política monetaria más restrictiva. Recordemos que el mandato de Janet Yellen expira en 2018 y que a partir de entonces, quizá, se podría producir un aumento más acelerado de lo previsto de los tipos de interés en Estados Unidos. Algo que también favorecería sin lugar a dudas a la industria financiera. De hecho, eso es algo que ya se ha ido descontando en los mercados.
Evolución por sectores en el S&P 500. Fuente: Sectorsspdr
En lo que se refiere a la política comercial de Trump, según repasa Matt Miller, asesor político y de comunicaciones de Capital Group, ha cambiado “el debate sobre el libre comercio, cuestionando sus ventajas, y la abrumadora mayoría de la élite económica se ha mostrado de acuerdo con él”.
Así, reconoce que algunos estadounidenses se han visto favorecidos por la mayor integración de los Estados Unidos en la economía mundial, pero millones de ellos no. Por esta razón, Carbonell apunta que “en caso de poder dar rienda suelta a su imaginación las empresas que necesitan importar para su actividad se podrían ver perjudicadas”. Por tanto podría ser momento de obviar este tipo de compañías en cartera. Empresas como las tecnológicas como Apple o Microsoft, podrían sufrir al generar la mayor parte de sus beneficios fuera del territorio estadounidense.
Por tanto, si ese proteccionismo se termina llevando a cabo, uno de los sectores a evitar podría ser el de la tecnología. Tanto es así que ya en las últimas sesiones hemos asistido a movimientos correctivos en el Nasdaq y en las principales firmas que lo componen. Unas caídas que se han tomado como el descuento ante la posible restricción de Estados Unidos frente a otras economías.
Otra cuestión que Trump tiene entre manos es dar por finiquitado el Obamacare –la reforma estrella sanitaria que puso en marcha a Obama–. Una vez que ha logrado la presidencia de Estados Unidos las “compañías aseguradoras médicas y el sector médico en general”, se verán beneficiadas, según Carbonell.
Se revierte la tendencia en los sectores con respecto a los últimos 5 años. Fuente: Sectorsspdr
En esta línea las farmacéuticas y biotecnológicas son dos tipos de sectores que verían recompensadas sus aspiraciones en los mercados con un giro en las políticas que se llevaban hasta ahora y por las que están por venir de la mano de Trump. Empresas como Pfizer o Bayer podrían tener mayor recorrido en los mercados. Del mismo modo que habrá que estar atentos a todos los movimientos corporativos que pueden surgir en este sector que proporcionarían más sinergias.
Por último, el plan de enorme gran plan de infraestructuras que tiene previsto poner en marcha la nueva administración estadounidense podría aupar a sectores como el industrial o de materiales, que hasta ahora ha estado ciertamente golpeado. También, el energético al apostar Trump por energías más tradicionales frente a las renovables.