Aunque la salida del Reino Unido parece poco probable, la incertidumbre pueden intranquilizar a los inversores. Dicha incertidumbre ya podría haber ejercido influencia en el Banco de Inglaterra, dado el tono suave de su discurso reciente. En comparación con hace 3 meses, la curva de rendimientos se ha aplanado considerablemente, al tiempo que la subida de tipos se aplazará hasta 2017. Ello ha causado una aceleración del debilitamiento de la libra esterlina en enero. Las inversiones pospuestas o canceladas podrían menoscabar más aún la senda del crecimiento económico del Reino Unido y seguir depreciando la libra.
Un escrutinio en favor de la salida de la UE podría suponer que los inversores estuvieran menos dispuestos a financiar el gran déficit por cuenta corriente del Reino Unido, lo que haría peligrar su reciente estabilidad económica. Ese golpe podría ocasionar una reacción adversa en cadena, con una fuerte caída de la libra esterlina, un deterioro de la trayectoria de crecimiento del PIB y un posible aumento del riesgo nacional, entre otras consecuencias fundamentales.
La permanencia en la UE estabilizaría la libra. Además, la confianza empresarial podría mejorar y dar pie a que prosiga el crecimiento económico.
2) El riesgo de ingresos empresariales
Vemos tres tipos de empresas que podrían correr diversa suerte según el resultado:
- Empresas con domicilio y principal fuente de ingresos en Reino Unido. En caso de Brexit, estas empresas se verán afectadas por un desplome de la confianza empresarial, que causaría una mayor caída del crecimiento, un menor poder adquisitivo del consumidor británico y el endurecimiento de las condiciones de financiación.
- Empresas con domicilio en Reino Unido y principal fuente de ingresos en el extranjero. Estas empresas ofrecen oportunidades interesantes.
Inicialmente, es posible que se vieran afectados por la pérdida de confianza. Sin embargo, la depreciación de la libra que un Brexit podría causar incentivaría los ingresos en divisa extranjera, por lo que una desaceleración del crecimiento les perjudicaría menos que a valores más dependientes del negocio doméstico. El gran riesgo a la baja sería una pérdida de competitividad.
Si Reino Unido permanece en la UE habría un marco normativo más propicio para los negocios. Sería un incentivo para los perceptores de ingresos transfronterizos.
- Empresas con domicilio en la zona euro e ingresos procedentes de Reino Unido. En caso de Brexit, dichas empresas podrían sufrir un menor crecimiento del PIB y un efecto negativo de cambio de los ingresos en libras en su conversión a euros. Si tienen oficinas en Reino Unido, ahorrarán costes, pero si los ingresos procedentes del Reino Unido son superiores a ellos, el resultado neto será negativo.