Además, hay personas que, por sus características personales, no son capaces de desarrollar anticuerpos, o no lo hacen a tiempo, de forma que en estos el cuadro de enfermedad severa por infección de SARS-COV-2 está casi asegurada. ¿Cómo encontrarlos y por qué es tan importante hacerlo de forma precoz? Es en estos pacientes donde es fundamental lograr nuevas oportunidades terapéuticas para evitar que, en caso de que se contagien, desarrollen un cuadro grave de COVID-19, que incluso pueda llevarlos a la muerte.

Este es el objetivo que han mantenido el doctor Pablo Guisado, especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, así como el doctor José Aguareles, coordinador de la investigación de la Unidad de Ensayos Clínicos de Quirónsalud Madrid; y precisamente sus hallazgos acaban de se publicados en la prestigiosa revista científica Journal of Infectious Diseases.

Según defienden estos expertos, está más que comprobado que la vacunación es la “gran herramienta” para superar la pandemia de COVID-19, si bien destacan que en la actualidad sigue siendo necesario el seguir investigando para conseguir los tratamientos más adecuados para las personas que se infectan y que necesitan ser hospitalizadas.

¿Quiénes son los pacientes con más riesgo y cómo detectarlos? Para hallarlo de forma precoz, este trabajo de investigación propone realizar serologías a los pacientes infectados de COVID-19 en el momento en el que ingresan en un centro hospitalario, para detectar a aquellos enfermos que tengan un nivel de anticuerpos anti spike y anti RBD bajos, puesto que son quienes más posibilidades tienen que se complique su situación.

“Hemos observado que los pacientes que desarrollan estos anticuerpos más tarde (o en niveles más bajos) son los que tienen más riesgo de fallecer. Proponemos adelantar el tratamiento con ‘tocilizumab’ en estos enfermos para protegerles del inicio de la respuesta inflamatoria y prevenir su empeoramiento", sostiene el doctor Guisado.

Así, desde el Servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid ha dado un paso más proponiendo una pauta diagnóstica para detectar de forma temprana a estos pacientes de los que se sospecha que van a tener un peor pronóstico al contraer esta enfermedad, y plantean adelantar su tratamiento con tocilizumab, uno de los anticuerpos monoclonales inhibidor de la interleukina 6 más utilizados en el tratamiento de pacientes con COVID-19 hospitalizados.

"Hemos identificado a dos tipos de perfiles de pacientes según el desarrollo de anticuerpos: los que desarrollan anticuerpos antes suelen tener mejor pronóstico y los que lo hacen de forma más tardía tienen peor. El desarrollo tardío de anticuerpos se relaciona con mayor severidad”, afirma Aguareles por su parte, segundo firmante del estudio.

Es más, mantiene que los pacientes que desarrollan anticuerpos de forma temprana puede que, incluso, no necesiten ser tratados con tocilizumab porque creen que pueden recuperarse bien; sin embargo, entre los que lo hacen de forma tardía es necesario actuar antes y los niveles serológicos de anticuerpos anti spike y anti RBD pueden servir como indicador temprano, apunta el doctor Guisado por su parte.

QUE ES EL ‘TOCILIZUMAB’

El ‘tocilizumab’ es un fármaco que hasta la llegada de la pandemia se empleaba en el tratamiento de los problemas inflamatorios fruto de la artritis idiopática juvenil o de la artritis reumatoide. No obstante, fue precisamente a principios de diciembre del año pasado cuando la Agencia Europea del Medicamento (EMA por sus siglas en inglés) recomendó su empleo en el tratamiento de pacientes con COVID grave.

El experto de Quirónsalud Madrid explica en este sentido que este fármaco es un anticuerpo monoclonal anti-interleukina 6 (IL-6), que se utiliza para reducir el proceso inflamatorio en pacientes con COVID-19.

En concreto, la FDA norteamericana describe que los anticuerpos monoclonales son proteínas fabricadas en el laboratorio, capaces de imitar la capacidad del sistema inmune a la hora de luchar contra determinados virus o patógenos dañinos, como puede ser el caso del SARS-CoV-2

“Pese a que está claro que el tocilizumab reduce la mortalidad, creemos que podemos optimizar su uso y mejorar la supervivencia de los pacientes infectados de SARS-CoV-2 si lo aplicamos de forma precoz en aquellos pacientes que pensamos que tienen peor pronóstico", añade el especialista en Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid y primer firmante del estudio.

En la actualidad Aguareles dice que se ofrece tocilizumab cuando los niveles de interleukina 6 (marcador inflamatorio) del paciente son elevados: “Creemos que para los pacientes que no desarrollan anticuerpos de forma eficaz se podrían beneficiar de ofrecer tocilizumab de forma más precoz”.