En lo que va de año, las acciones de Telefonica caen casi un 52% en el Ibex 35. La mala racha de la telecom en el selectivo español no se limita solo a este convulso 2020 marcado por el coronavirus, sino que la compañía presidida por José María Álvarez-Pallete enlaza otros cinco años de caídas. Hay que retrotraerse hasta el 2014 para encontrar subidas y solo del 3%. Si seguimos echando la vista atrás, tras las revalorizaciones de 2014 y 2013, 2012, 2011 y 2010 también fueron años negativos para el valor.
¿Qué le pasa a Telefónica en bolsa? El proceso podría haber comenzado hace diez o quince años, cuando Telefónica inició, junto a otras grandes compañías europeas, una ola de compras de otros operados a unos múltiplos muy elevados. Unas inversiones que no están trayendo los retornos esperados. La posición de la Comisión Europea (CE) de vetar muchas operaciones de concentración o de imponer condiciones muy severas para otras muchas también ha provocado un incremento de la competencia que ha desembocado en reducción de márgenes.
“A esto le sumas que las necesidades de inversión de las telecom son tradicionalmente muy grandes, en torno al 20% de capex sobre ingresos año tras año, y tienes el coctel fatal”, explica Juan Peña, analista de GVC Gaesco, quien advierte de que todas las compañías europeas del sector están viendo como bajan sus cotizaciones, a pesar de que Telefónica tiene sus propios problemas, como su exposición a Latinoamérica. En la misma línea, María Mira, analista fundamental de Estrategias de inversión, considera que la evolución de Telefónica en bolsa en los últimos 10 años es reflejo absoluto de su negocio: ese intento fallido de conquistar Latinoamérica.
Latinoamérica: uno de los problemas de Telefónica
En noviembre de 2019, Telefónica lanzó un nuevo plan estratégico cuya base era cinco medidas, entre las que se incluye centrar su foco en España, Brasil, Reino Unido y Alemania; escindir su filial de Hispanoamérica en una única sociedad; crear dos unidades de negocio, Telefónica Tech y Telefónica Infra, y redefinir el centro corporativo con cambios en la estructura del comité ejecutivo de la empresa.
Peña subraya que uno de los problemas que más está penalizando a Telefónica es “su exceso de foco” porque “es imposible mantener la misma intensidad competitiva en todas las divisiones”, más teniendo en cuenta que en cada mercado juega un papel diferente. Por ejemplo, en España, Telefónica es un operador tradicional premium, pero en Alemania es un operador móvil que está empezando a hacer convergencia, mientras que en México es un “challenger”.
En lo que respecta a la salida de Telefónica de Latinoamérica, o mejor dicho, la no salida de la región, se debe a la falta de compradores, también en un contexto de elevada incertidumbre por la pandemia de coronavirus que ha hecho bajar las valoraciones de muchas de esas filiales. Además de no haber conseguido vender las filiales que tiene a la venta, es que otras operaciones que ya estaban casi cerradas se han echado atrás.
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“Ha pasado casi un año desde que se anunció (el plan estratégico) y no tenemos novedades de las filiales en Latam. Cada día que esas filiales están dentro del grupo se produce pérdida de valor, no solo por los malos resultados de las compañías, sino también por los recursos que tiene que dedicarle”, explica Peña, quien cree que la telecom del Ibex 35 “no va a tener fácil dar salida a las filiales en su conjunto”, lo que “es muy peligroso para Telefónica”.
Eso sí, Telefónica tampoco “se puede permitir malvender sus filiales porque necesita el dinero”, hace hincapié Mira. Parce que la solución por ahora es “despiezar” algunas de ellas, vendiendo por un lado, torres, sedes o centros de datos, como en Chile, Perú o Colombia. “Si no puede vender el paquete completo, por lo menos ir haciendo caja, desinvirtiendo y monetizando los activos para salir del paso. Saben que no es fácil y se alargará más de lo que les gustaría”, añade la analista fundamental.
Consecuencia de esa presencia internacional es el efecto divisa que sufren las cuentas de Telefónica. Monedas como el real brasileño, la lira turca, el peso argentino o incluso la libra están sufriendo mucho este año. Salvando el beneficio gracias a las coberturas que realiza la compañía, “a nivel de ingresos y ebitda los impactos son muy altos”, dice Peña. “El impacto de las divisas es muy alto para Telefónica y muy peligroso para lo que pueda pasar en el futuro”, añade.
Entre enero y junio de 2020, Telefónica registró un beneficio neto de 831 millones de euros, un 53,5% menos que en el mismo periodo del año anterior. El impacto del coronavirus restó 729 millones. Mayor fue el de las divisas. Los movimientos desfavorables de los tipos de cambio tuvieron un impacto de 791 millones, mientras que los cambios en el perímetro registraron un impacto de 64 millones.
Telefónica se enfrenta a la elevada competencia en España
Intentando tener menos presidencia en Latinoamérica, la competencia que existe en otros mercados, como es el caso del español, tampoco ayuda a Telefónica. En este, su principal mercado, la compañía vio como sus ingresos se reducían un 3,4% en el primer semestre, hasta 6.106 millones de euros. Peña recuerda que en los últimos años la compañía ha llevado a cabo bastantes planes de ahorro con salida de empleados y reducción de costes para mejorar el ebitda en el país. “A final de año, el ebitda de España no siempre mejora, por un lado, por el incremento de costes vía fútbol y, por otro lado, por la caída o el poco crecimiento de los ingresos” de Telefónica, bien posicionada, en su opinión, en el segmento premium.
La tremenda competencia favorecida por los reguladores tampoco ayuda a Telefónica. España cuenta con seis operadores a nivel nacional: Movistar, Vodafone, Orange, MásMóvil, Virgin (Euskaltel) y Digi. “La situación económica del mercado español es complicada. “Las perspectivas económicas de España son muy negativas y eso afecta a los que tiene clientes de más valor”, como es el caso de Telefónica, destaca Peña. Para Mira, “el principal problema de Telefónica son los márgenes”.
Una buena noticia para Telefónica: la fusión de O2
Peña y Mira coinciden también en señalar la fusión de O2 con Virgin Media, filial de Liberty Global, como la noticia más positiva que este año ha protagonizado Telefónica, una operación valorada en 35.800 millones de euros para crear un gigante del sector en Reino Unido, considerado estratégico por el grupo español.
Pero, ¿cuándo comenzarán a notarse las sinergias? Ambos expertos apuntan a 2022 o 2023, con la previsión de que la fusión esté completamente cerrada a mediados del próximo ejercicio. “Creo que las sinergias van a ser significativas para el grupo y eso ayudará a tener una posición más competitiva en el país británico, pero hay que tener paciencia” explica peña. “En 2021 o 2022 se empezarán a ver las bonanzas de esta operación que sin duda es la mejor que ha hecho Telefónica en los últimos años”, puntualiza Mira.
Cuando Telefónica anunció la fusión destacó que la operación reducirá su deuda entre 5.500 y 5.800 millones de libras (entre 6.300 y 6.652 millones de euros).
La reducción de la deuda, a buen ritmo
Y es que el foco sigue puesto sobre la reducción de deuda de Telefónica, que bajó un 7,5% interanual hasta 37.201 millones de euros a junio de 2020. La deuda neta financiera incluyendo arrendamientos asciende a 43.637 millones de euros a junio de 2020 (frente a 45.123 millones a diciembre de 2019).
En su intervención, Peña señala que “en los últimos años la reducción de la deuda de Telefónica es significativa”, situándose en algo más de 2 veces su ebitda, en niveles más o menos aceptables para el sector. El problema ahora se centra en dos partes. La primera es la reducción del ebitda como consecuencia de la crisis del coronavirus, con lo que el ratio de deuda ascendería. La segunda, es el rating, en una situación delicada precisamente por la presencia del grupo en Latinoamérica. “Si consigues desinvertir en América, tu deuda ya no tendrá tantos problemas porque será más fácil mantener los ratings y tendrás más capacidad de pago y de negociar”, afirma Mira, quien une el problema de la deuda con la necesidad de Telefónica de seguir invirtiendo, por ejemplo, en 5G o en implementar su plan estratégico.
Mantener el dividendo puede no ser bueno para Telefónica
Pese a la reducción de su beneficio en el primer semestre, Telefónica confirmó el pago del dividendo anunciado para 2020, de 0,40 euros por acción, intentando eliminar las dudas sobre la viabilidad de la remuneración al accionista, uno de los pilares esenciales del atractivo de la compañía para los inversores.
“El dividendo se ha convertido casi en una misión personal del presidente de la compañía, que en repetidas ocasiones ha dado su compromiso en mantenerlo”, destaca Peña, quien considera que “en estas circunstancias lo más recomendable sería reducir o cancelar el dividendo y guardar caja”, quizá como consecuencia de “la enorme suma de accionistas minoritarios que tiene Telefónica en España”. Con la caída del precio de la acción, la rentabilidad por dividendo de Telefónica es una de las más altas de Europa, por encima del 10%, lo que incrementa el atractivo de la compañía. “En los modelos sale que (el dividendo) puede ser sostenible, pero financieramente a la compañía le podría venir mejor cancelarlo”, subraya, o estudiar otras fórmulas como el scrip dividen y no entregarlo todo en efectivo.
Según Mira, con la compañía marcando mínimos en bolsa de los últimos 25 años, a los pequeños inversores, “pillados” en Telefónica, ya “no les vale la justificación de tener un dividendo excelente”. Si el grupo anuncia que congela o reduce la retribución al accionista “quizá en el corto plazo el mercado reaccione mal, pero poco a poco sería positivo. Deberían centrarse en el negocio y no cuidar así al pequeño accionista, que lo que va a gradecer es que la compañía retome la senda del crecimiento de ingresos y ebitda”, considera Mira, quien cree que “realmente en este punto Pallete se equivoca”.
Precisamente, uno de los grandes señalados por la mala racha de la compañía en bolsa es su presidente, José María Álvarez-Pallete, del que "el mercado espera resultados de todas sus buenas palabras”, indica Peña, quien afirma que el corto plazo su puesto no está en peligro.