La emisión consiguió atraer el apetito inversor y, en términos de condiciones, se fijó con un diferencial de 88 p.b. sobre el midswap (índice de referencia de las emisiones a largo) para dar un cupón y una rentabilidad final del 1%.

 
La demanda de la emisión superó los 2.800 millones € y estuvo constituida por más de 130 órdenes. En relación a los inversores internacionales, destacaron las órdenes de Alemania con un 38%, Italia con un 8% o los Países Nórdicos con un 8%. En cuanto a la tipología de inversor, el 34% fueron bancos centrales, el 34% gestoras de fondos y el 19% bancos.
 
El único respaldo para acceder a los mercados de capitales viene determinado por el conocimiento que los inversores institucionales tienen del modelo de negocio de Popular, de su capacidad de generar beneficios a medio y largo plazo y de su solvencia.