El riesgo de errores en la política monetaria ha disminuido en los últimos meses, ya que una serie de bancos centrales de mercados desarrollados y emergentes han ofrecido más apoyo a raíz de la desaceleración del crecimiento y la creciente tensión financiera.

La postura más acomodaticia de estas políticas ya está relajando las condiciones financieras y deberían apoyar el crecimiento en los próximos trimestres.

El banco central Chino (PBOC) proporcionando más estímulo

El PBOC se ha sumado a las medidas de flexibilización implementadas durante 2018. A principios de enero, el requisito de reserva (RRR, por sus siglas en inglés) se redujo en otros 100 puntos básicos (pb), lo que llevó la reducción acumulada durante el ciclo de flexibilización actual hasta los 350 pb. Esto es aproximadamente el mismo que en 2015/16.

Además, durante el mes, el PBOC implementó una nueva facilidad de intercambio de facturas, que pueden utilizarse por los primary dealers como garantía de alta calidad a cambio de bonos perpetuos comprados a bancos con índices de capital por encima de un umbral mínimo. El PBOC también permitirá que los bonos perpetuos vendidos por bancos altamente calificados se utilicen como garantía. Estas iniciativas están diseñadas para aumentar la liquidez en el mercado de bonos perpetuos y para reforzar la adecuación del capital de los bancos, permitiéndoles mantener los préstamos a una economía real que necesita apoyo (ver gráfico 1).

Junto con las medidas de flexibilización ya implementadas, que incluyen más de un 1% de estímulo fiscal del PIB, los recortes adicionales de 200 pb en el RRP que según Aberdeen Standard "esperamos para el verano, la reducción de la presión en la divisa y, por lo tanto, las salidas de capital, y el potencial de un tregua comercial, tenemos más confianza en que el impulso crediticio, así como las condiciones financieras más generales de China, que aún aparecen como restrictivas se reducirán antes del verano y comenzarán a recuperarse a partir de entonces".

 

 

Sin embargo, comenta la gestora "es importante que moderemos nuestras expectativas. Aunque algunas partes de las políticas se están relajando, las autoridades continúan restringiendo las actividades de la banca en la sombra. La economía china también sigue endeudada, ya que la deuda en todo el sistema siguió aumentando en términos de PIB en 2018, aunque a un menor ritmo". Esto, a su vez, implica que la demanda de crédito probablemente mejorará solo modestamente.

 

 

Un cambio de sentido por parte de la Fed

En un contexto de estrés en el mercado de la construcción, riesgo político agudo, crecimiento mundial más lento y ante un a contenida inflación doméstica, la Fed ha disminuido su sesgo de ajuste y ha señalado que el próximo movimiento en los tipos podría ser tanto al alza como a la baja.

Este cambio hacia un mensaje más dovish, expansivo, subraya un enfoque político más cauteloso, y se espera que la Fed suba más lentamente y hasta un tipo final más bajo. De hecho, ahora desde Aberdeen Standard esperan que el banco central espere como pronto hasta septiembre antes de apretar el gatillo de la próxima subida de tipos, y haga un movimiento final a mediados de 2020, lo que llevaría a un máximo en los tipos de la Fed apenas por debajo del 3%. En línea con nuestra visión de neutral. Además estos pasos más suaves serán altamente dependientes de la evolución de las diferentes variables.

Aunque los tipos de interés siguen siendo la herramienta principal de la Fed, la misma sugirió que su balance final podría verse alterado si las condiciones económicas y financieras lo justificasen. También señaló que el balance final será más grande de lo que se esperaba inicialmente, debido a una mayor demanda estructural de reservas. Esto abre la posibilidad de un anuncio en la segunda mitad de este año que replantearía la pauta de reducción de dicho balance.

Otros bancos centrales de los mercados desarrollados también apuntan a lo mismo

El cambio de la Fed hacia una dirección más moderada probablemente se reflejará en una serie de otros bancos centrales.

  • Esto es particularmente cierto en la zona euro, donde el BCE se enfrenta a una desaceleración más acusada en el crecimiento interno y una inflación aún sin despuntar. En este entorno, ya no esperamos que la tasa de depósito se eleve en 2019, y creemos un posible movimiento para 2020, siempre y cuando haya una mejora de las condiciones cíclicas en este horizonte.
  • El Banco de Inglaterra sigue señalando la necesidad de una política ligeramente más restrictiva, en el supuesto de que se produzca un Brexit sin problemas. Sin embargo, tendrá que esperar hasta que tenga más claridad sobre este tema.
  • Es improbable que el BoJ se desvíe de su marco actual de control de la curva de rendimientos, especialmente con otro aumento del impuesto al consumo en el transcurso de este año.
  • El Banco de Canadá ha señalado una perspectiva más cautelosa a medida que supera el último shock del precio del petróleo, aunque sigue señalando la necesidad de tensar su política durante este ciclo.
  • El Riksbank (Suecia) se encuentra en una posición similar: subió los tipos en diciembre del año pasado y espera volver a hacerlo en el tercer trimestre.
  • Mientras tanto, ahora los analistas de la gestora esperan que el RBA (Australia) se vea obligado a reducir su tipo en 25 puntos básicos para combatir el deterioro en el mercado de la vivienda y el aumento de los efectos secundarios de éste en el sector de consumo.

Las economías de EM previamente vulnerables se reajustan rápidamente.

Se espera que las economías de mercados emergentes se beneficien de un entorno macro global más favorable en 2019. Las señales de la Fed, junto con que los países más vulnerables han finalmente tomado medidas para reducir sus balances externos, y al menos la percepción de que los riesgos políticos han disminuido, ha hecho que comience a cambiar el flujo de capitales y con ello las divisas emergentes se vean más soportadas.

Mientras se mantengan estas condiciones más benignas, 2019 debería ser un año de flexibilización de las políticas monetarias en una variedad de países, incluidos Brasil, India y Rusia. De estos tres países, la sostenibilidad de la flexibilización en India es la más cuestionada. El nuevo gobernador de RBI ha aprovechado la caída en la inflación de los precios de los alimentos para rebajar los tipos, pero la inflación subyacente sigue siendo elevada, mientras que la consolidación fiscal ha retrocedido a medida que se acercan las nuevas elecciones. Si bien es demasiado pronto para argumentar que la política de RBI se ha politizado más, desde Aberdeen Standard sí creen que existe un riesgo real de que el compromiso con las metas de inflación se haya debilitado.