Iberdrola ha comunicado este lunes a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que el próximo 25 de abril desfilará por la pasarela de resultados, con las cuentas del primer trimestre de 2019. Se trata de la primera prueba de fuego de la eléctrica del IBEX 35 que dará la primera pista a los inversores sobre la evolución de la compañía y su capacidad para cumplir con lo expuesto este invierno, en cuanto a resultado y, por tanto, diviendo.
La actualización de perspectivas que presentó Iberdrola ante los inversores en Londres, implica que la compañía prevé obtener un beneficio neto de entre 3.700 y 3.900 millones de euros en 2022 -hasta un 30% superior al de 2018- y un ebitda superior a 12.000 millones de euros, por lo que la eléctrica se ve en condiciones de incrementar la retribución a sus accionistas, con un dividendo de mínimos crecientes cada año de 0,40 euros brutos por acción en 2022.
La propuesta de dividendo a cargo de los resultados de 2018 es de 0,351 euros brutos por título.
Actualmente, Iberdrola tiene un 10 en los indicadores Premium. La eléctrica ha pasado de un 9 sobre 10 el pasado 27 de marzo al 10 actual, siendo el valor del Ibex 35 con más puntuación en este momento.
Según el último análisis técnico sobre cada acción del Ibex 35 realizado por el departamento de análisis de Estrategias de Inversión a precios de cierre de mercado, Iberdrola continúa inmersa en una subida libre muy pausada. Una estructura escalonada que provoca la aparición de lecturas de sobrecompra acumulada en un contexto de mínima volatilidad y gradual enfriamiento en el volumen de contratación. La tendencia alcista se mantiene incuestionablemente vigente y no se apreciará un deterioro significativo mientras logre mantenerse por encima de los 6,65 / 6,618.
Alvaro Blasco, gestor de Atlas Capital, también nos indica que no le da miedo tener a Iberdrola a estos precios ya que es una compañía muy saneada y con una buena visión estratégica. “La pugna que hay entre Siemens e Iberdrola no es positiva. La integración está siendo un poco más compleja, más que nada por tomar el control una u otra facción. Iberdrola, lo que está claro es que es una compañía que tendría en cartera. No me da el más mínimo miedo. Buenos dividendos, buena expansión geográfica, con una apuesta en EEUU que creo que le dará muy buenos resultados. La pugna entre Iberdrola y Siemens puede ser perjudicial para Siemens. En algunos contratos que Iberdrola ha lanzado, han sido los competidores de Siemens los que han ganado”.
Con un dividendo del 4%, Iberdrola es uno de los valores favoritos de Morgan Stanley que valora a la compañía por su bajo riesgo y alto dividendo en un momento en el que prefieren invertir en bolsa que en bonos. Con un PER de apenas 15 veces, es de las eléctricas más baratas en bolsa a pesar de su precio actual.
En la junta de accionistas de la compañía en Bilbao, Iberdrola apuntó que la estrategia de la Unión Europea respalda su modelo de negocio, puesto que Europa va a descarbonizar su energía apostando por las renovables Y eso lo llevan haciendo 20 años desde que hizo la apuesta por la energía Eólica, además el coche eléctrico será un elemento dinamizador de la economía en los próximos años. Solo en España, Iberdrola pretende invertir 8.000 Millones en los próximos 3 años.
Por su parte, el analista independiente Roberto Moro considera que Iberdrola “es un tiro”. De hecho, la eléctrica española se revaloriza en 2019 un 15,98%; después de que en el pasado ejercicio se anotase un avance del 13,51%. Sin embargo, tras las importantes subidas registradas, el experto advierte de que “en algún momento se tiene que acusar el estado de sobrecompra” en el valor (ver más).
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Solo hay dos contratiempos que pueden enturbiar su conexión en bolsa a la eléctrica. El primero sería a nivel político que hubieran medidas que penalizasen a las eléctricas, tanto a nivel de precios de la energía cómo a nivel de impuesto de sociedades. El segundo es que su presidente y máximo ejecutivo Ignacio Sanchez Galán tendrá 73 años en el 2023, momento en el que debería retirarse, y hay una parte importante de los actuales accionistas de Iberdrola que no ven con buenos ojos que el presidente acumule tanto poder.
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