El tapering dio al traste con la inversión en renta fija y con la estrategia del que hasta hace sólo dos meses dirigía PIMCO, Bill Gross. Se calcula que sólo en 2013 la industria de fondos de renta fija sufrió salidas por más de 70.000 millones de dólares. Gran parte de esa cantidad correspondía sólo a la entidad de Allianz.
Aunque tanto Gross como el resto de directivos de la firma se empeñaban en apuntar que las cosas no iban tan mal, lo cierto es que los problemas eran bastante grandes.
Con los meses las filtraciones dejaban claro que la tensión entre Bill Gross y el resto de su equipo era más que evidente. A principios de año salía de la entidad Mohamed El-Erian, el que hasta ese momento era el director de inversiones de la firma. El-Erian decía que su marcha se debía tan sólo a motivos personales, que quería aprovechar el tiempo con su familia. Lo cierto es que las broncas en la sede de la gestora eran frecuentes y cruentas.
Mientras tanto la firma era incapaz de retener sus activos y seguía perdiendo activos a un ritmo que era imposible de soportar para muchas firmas. Así, la segunda puñalada que recibía PIMCO en un año la daba el propio Bill Gross, su fundador.
El directivo abandonaba la entidad que había puesto en marcha a principios de los 70. Lo hacía a finales de septiembre para fichar por Janus Capital y animado por Allianz, que veía que Gross se había convertido en un hándicap para la gestora de renta fija.
PIMCO había llegado a gestionar 290.000 millones de dólares y cuando abandonó la entidad en septiembre había perdido casi un 25% de esa cantidad en un año y medio.
No es de extrañar que Bill Gross lleve un año y medio intentando sacar los colores a los Bancos Centrales de todo el mundo, principalmente a la FED. Hace sólo unas semanas, ya en Janus, el gestor dijo en una de sus cartas a los inversores que las autoridades monetarias de todo el mundo lo están haciendo mal, muy mal.
El gurú de los bonos afirma que en los próximos años las siguientes generaciones se preguntarán cómo pudieron poner en marchas esas políticas de creación de deuda. Gross asegurabga que “es difícil pensar que volveremos a la normalidad en el resto de mi vida –mucho más corta que muchos de vosotros-. Sospecho que las futuras generaciones preguntarán a los actuales políticos lo mismo que muchos de nosotros preguntamos sobre fumar en las zonas públicas, la discriminación contra los gays, o cualquier otro proceso torcido en antes de ser arreglado… ¿Cómo pudieron?”, se pregunta Gross”.
Gross continuaba diciendo “¿Cómo pudieron permitir crear tanta deuda en un primer momento y no regular el sistema en ese mismo momento? ¿Cómo pudieron pensar que la impresión de dinero y la creación de deuda podrían crear más deuda en lugar de más deuda? ¿Cómo pudieron permitir las autoridades fiscales en los procesos de ajustar presupuestos en lugar de la financiación barata que permitiera invertir en infraestructuras e innovación?”, se quejaba el gurú.
En su opinión los mercados están alcanzando un punto de baja rentabilidad y reducida liquidez. Los inversores deberían comenzar a eliminar riesgo “retirar fichas de la mesa”, dice. Según Gross, los ahorradores deberían elevar la calidad de sus activos, reducir la duración y prepararse para menores rentabilidades derivadas de la actuación de los bancos centrales.
Gross sigue teniendo atractivo y fuera de PIMCO los fondos que gestionan han recibido bastante dinero. Entre otros, ha recibido unos 500 millones de George Soros, lo que significa un gran espaldarazo a su figura.
Y eso tampoco es bueno para su antigua gestora que, además, en este final de año ha recibido el último varapalo y esta vez por su decisión de apostar por la renta fija rusa. La crisis en la que ha entrado Rusia en estas últimas semanas ha provocado un desplome de su divisa y de los títulos de renta fija tanto corporativa como estatal. Explicaban hace sólo un día en Bloomberg que PIMCO había sido una de las entidades más perjudicadas, debido a las fuertes caídas en el valor de su fondo PIMCO Emerging Markets Bond Fund. El vehículo tenía algo más de 800 millones de dólares en ese tipo de activos, alrededor de un 21% del total.
Sus gestores afirman que ese tipo de inversiones tiene un horizonte temporal de largo plazo y asegura que en ese periodo de tiempo esos títulos podrían recuperarse. Mientras tanto, PIMCO cerrará 2014 como su segundo annus horribilis consecutivo tras recibir tres varapalos en un año y medio: el anuncio del tapering, la marcha de Bill Gross y la crisis en Rusia.