Pfizer parecía, tras los resultados de cierre del pasado ejercicio, haber descontado en su cotización la caída de ingresos que supondrá descender del momento álgido de la pandemia que nos ha devastado desde 2020. El paso a nivel de epidemia, que con mayor o menor profundidad se está produciendo en todo el mundo, pero en especial, entre sus mayores consumidores, que pasan por Estados Unidos y Europa tanto de su vacuna Comirnaty y de su fármaco de tratamiento del coronavirus, Paxlovid, sigue impactando en su precio.
Aunque lo cierto es que, las advertencias realizadas sobre sus ingresos por su socia alemana BionTech hace apenas unos días con la presentación de sus resultados acerca de la vacuna, no han soliviantado en mayor medida su cotización.
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Lo cierto es que las expectativas de ingresos por el concepto de su vacuna ARNmensajero contra la Covid-19 para el presente ejercicio bajarán, según los datos de la empresa, hasta los 13.500 millones de dólares desde los 37.800 del pasado año, aunque las proyecciones del mercado son algo superiores. En el caso del fármaco Paxlovid, hablamos de estimación de ingresos de 8.000 millones más de 10.000 menos que en 2022. En global espera que los ingresos totales caigan un 33% y se muevan en una horquilla de entre los 67.000 y los 71.000 millones en todo el año.
En cuanto a sus ganancias por acción para 2023, se reducirán en torno a un 50% desde el récord consolidado en su beneficio por cada título en 2022, desde los 6,58 dólares. Hablamos también de estimaciones entre los 3,25 y los 3,35 dólares por acción.
En cuanto a su cotización actual, todos estos hechos se reflejan en su evolución de la última semana un ligero repunte del 1%, con una nimia caída en el mes que apenas alcanza el 0,85% en el trimestre y en el año, que coinciden, baja el valor un 20,4%.
A pesar de ello, su pipeline y por supuesto sus proyectos, se dirigen ahora a lo último implementado: la compra de Seagen por 43.000 millones de dólares, la segunda adquisición de mayor envergadura en toda la historia para la compañía farmacéutica. Se trata de una compañía muy considera en el sector, con el desarrollo de tratamiento altamente innovadores en el campo oncológico.
Su CEO, Albert Bourla destaca que lo que se quiere es agregar valor a lo que Seagen está haciendo en estos momentos, en esos medicamentos denominados ADC, que conjuga el uso de anticuerpos y fármacos, por los que destruye en sus tratamientos las células cancerígenas y preserva las que están sanas.
También se lee como buena noticia, el hecho de que Johnson&Johnson se haya retirado de la carrera por la vacuna contra el RSV, el virus respiratorio sincitial, que mantiene en liza a Pfizer y a su competidora GSK, que en los casos más graves mata entre 6.000 y 10.000 personas mayores y cientos de niños menores de cinco años en cada ejercicio, y que ha azotado con especial virulencia a Estados Unidos en el pasado invierno.
En cuanto a sus recomendaciones, desde TipRanks, de los 14 analistas que recoge su consenso, 4 optan por comprar y 10 por mantener sus acciones en cartera, con un precio objetivo medio que alcanza los 48,54 dólares por acción de Pfizer lo que supone un potencial recorrido alcista para el valor del 19% sobre su precio actual.
Mientras, BlackRock ha elevado su presencia en el capital de Pfizer, hasta el 7,9% de la compañía, desde su 7,3% anterior, con más de 442,87 millones de acciones de la empresa. Mientras desde Wells Fargo mantiene su calificación de “igual que el mercado” sobre sus acciones, aunque rebaja su precio objetivo hasta los 44 dólares desde los 50 dólares anteriores. Ya desde Jefferies, han iniciado cobertura sobre la compañía con recomendación de mantener sus acciones en cartera y un precio objetivo por acción de 43 dólares.
En cuanto a los Indicadores de Fuerza Premium que elabora Estrategias de inversión, destacamos que pasa de débil a muy débil, en su evolución tanto a medio como a largo plazo, con una operativa de mantenerse al margo por el riesgo de que se produzca, en las acciones de Pfizer, un mayor deterior técnico del actual.