Esta semana una de las principales materias primas mundiales, el petróleo, daba un vuelco en su cotización después de que el martes Arabia Saudí y Rusia anunciaran que los recortes de un millón de barriles y 300.000 barriles por día, respectivamente, que estaba previsto finalizaran en septiembre, se prolongan hasta diciembre. Unas reducciones que se suman a los recortes de otros productores de la OPEP, de 1,66 millones de barriles por día, que se extenderán hasta 2024. En total, los recortes de producción ascenderán hasta diciembre aproximadamente a 3 millones de barriles (el 3% de la producción global). 

Con esta noticia, y después de languidecer por debajo de los 75 dólares por barril durante la mayor parte de la primera mitad del año, los precios del petróleo se impulsaban el martes más de un 1,2%, con el Brent cerrando en los 90,04 dólares, aunque anteriormente había alcanzado un máximo de sesión de 91,14 dólares, su mejor nivel desde agosto de 2022. Por su parte, después de alcanzar un máximo de 10 meses de 88,03 dólares, el West Texas Intermediate (WTI) terminó en 86,69 dólares el barril. 

Los 100 dólares vuelven a estar sobre la mesa. ¿Son viables?

En esto punto, y dada la preocupación de Arabia Saudita por elevar el petróleo a 100 dólares el barril o más, la primera pregunta es si será posible llegar a este nivel, y la segunda si la demanda será suficiente para sostener esos precios. 

"Arabia Saudí (primer productor de la OPEP, 10 millones de barriles en 2022, 9 millones de barriles estimado 2023) ha insistido en varias ocasiones en que hará todo lo necesario para conseguir estabilidad de precios. Por otra parte, Rusia quiere introducir presión a Occidente con el alza de los precios energéticos", señala el equipo de análisis de Bankinter.

En cuanto a la posibilidad de llegar al triple dígito, lo cierto es que ayer miércoles el crudo retrocedía y se alejaba de máximos de diez meses. ¿El motivo? Uno de ellos es que el anuncio conjunto de árabes y rusos incluye la advertencia de que estos recortes se revisarán mensualmente en función de las condiciones del mercado. "Este añadido de flexibilidad permite un margen de maniobra, pero el mercado se huele un desmantelamiento gradual", aseguraba John Evans, del broker de petróleo PVM, citando condiciones como las batallas contra la inflación en Estados Unidos y otros países, si los precios del crudo se acercan a los 100 dólares el barril, o el efecto sobre los ingresos petroleros saudíes.

También ejerce presión para que la materia prima no siga escalando la relación de Arabia Saudita con Estados Unidos, ya que el año pasado el presidente Joe Biden advirtió al reino que habría "consecuencias" no especificadas por trabajar con Rusia en recortes mientras Moscú libra la guerra contra Ucrania. 

Además, los líderes mundiales están buscando alivio por parte de los exportadores de petróleo sancionados, como Irán y Venezuela. Las exportaciones de petróleo de Irán han aumentado desde que Arabia Saudita comenzó a reducir su producción, y se han informado conversaciones entre Irán y Estados Unidos para mantener el flujo de petróleo crudo. La administración Biden puede considerar la posibilidad de importar más petróleo de estos países para contrarrestar los recortes de Arabia Saudita.

Desde el lado de la demanda, que es normalmente la que impulsa los precios, con todo, en estos momentos, la demanda se mantiene estable y el precio del petróleo sigue por encima del periodo 2015/2021, 57,6$ promedio, por la reactivación de los vuelos y porque la demanda de China, a pesar de que la economía está perdiendo tracción, es elevada. Sin embargo, no hay que olvidar que, con la llegada del otoño, la actividad de vuelos y conducción comenzará a disminuir y la desaceleración se acelerará a medida que el clima se vuelva gradualmente más frío, dando lugar a los meses de invierno. Por supuesto, el frío aumentará la demanda de calefacción. Sin embargo, el período comprendido entre ahora y finales de octubre o principios de noviembre, conocido como la "temporada intermedia" entre el final del verano y el otoño avanzado, normalmente registra una menor demanda de petróleo y, como resultado, precios del crudo más bajos.

En el caso de que el crudo continúe escalando hasta los 100 dólares, ¿se podría mantener? Son más los argumentos negativos que positivos. "Por una parte, se podría originar una psicosis de desabastecimiento mundial que tendría su reflejo en un encarecimiento de los fletes de transporte y de los fertilizantes agrícolas, junto con un aumento de los precios en las gasolineras y en toda la industria manufacturera. Ello, aunado con inusuales sequías e inundaciones en los tradicionales graneros mundiales y la consecuente aplicación de restricciones a la exportación de commodities para asegurar su autoabastecimiento, podría desembocar en el desabastecimiento de productos agrícolas en los mercados, el incremento de sus precios hasta niveles estratosféricos y la consecuente crisis alimentaria. Asimismo, un petróleo en 100 dólares tendría como efecto colateral el aumento de las tasas de inflación en Estados Unidos y la Unión Europea y el consecuente incremento del precio del dinero por parte de los Bancos Centrales, lo que derivaría en un giro de 180 grados en el crudo, cuyos precios se abaratarán debido a la recesión y a las preocupaciones por la demanda mundial", según el analista Germán Gorraiz López.

Previsiones de los analistas

Goldman Sachs: "Las decisiones de los líderes de la OPEP+, Arabia Saudita y Rusia, de extender los recortes voluntarios de producción de petróleo hasta fin de año conllevan riesgos alcistas para las perspectivas del crudo. En un escenario alcista (que no es el caso base de Goldman) en el que la OPEP+ mantenga los recortes de 2023 hasta finales de 2024, y en el que Arabia Saudita aumente la producción sólo gradualmente hasta los 10 millones de b/d, se agregarían 14 dólares por barril al pronóstico de Brent a 93 dólares el barril en diciembre de 2024. Aún así, es poco probable que el grupo de productores busque precios del Brent de manera adecuada y sostenible por encima de los 100 dólares por barril, dado su enfoque en la estabilidad a medio plazo".

ING Economics: "Somos reacios a revisar al alza nuestras previsiones de precios tras esta prórroga, ya que las preocupaciones sobre la demanda siguen persistiendo y la oferta iraní está aumentando. Seguimos pronosticando que el Brent alcanzará un promedio de 92 dólares por barril durante el cuarto trimestre de este año. De cara al futuro, no descartaríamos una nueva prórroga de estos recortes (total o parcialmente) hasta principios del próximo año, dado que nuestro balance muestra que el mercado del petróleo tendrá un pequeño superávit durante el primer trimestre del próximo año. Obviamente, cualquier recorte dependerá de dónde se cotice el petróleo hacia finales de año y de si las preocupaciones sobre la demanda siguen presentes".

Bankinter: "La tendencia a largo plazo es de corrección, por desaceleración económica, particularmente de China (primer importador mundial) y porque cada vez es menor la necesidad de consumo de petróleo, por eficiencia y por auge de energías limpias".

Roberto Moro, analista financiero en robertomoro.com: "En el caso del WTI, el siguiente objetivo está en la zona de 91 dólares. Ahora puede tener un pullback salvaje hacia los 83-85 dólares pero todo hace pensar que puede continuar al alza. Eso añadirá presión inflacionista. Si el petróleo cumple lo que parece augurar tendremos más problemas". 

Raúl Calle, analista de iBroker: "Desde sus máximos en 2022 en los 122 dólares, el petróleo WTI inició un proceso correctivo que le llevó a detenerse en los 67 dólares, que es el soporte relevante de medio y largo plazo. Ha tocado precios en ese soporte en mayo, junio y principios de julio y es una zona de control de precios. Ahora está cotizando en los 86 dólares y si continúa el movimiento alcista lo razonable sería testear los máximos relativos en los 95 dólares. Lo que hay que vigilar en caso de corrección o descanso es el soporte de los 67 dólares". 

Edward Moya, analista sénior de mercados de OANDA: "Debido a las perspectivas de demanda "dispares", los riesgos para el petróleo siguen siendo "alcistas". Por el lado de la oferta, los precios se mantendrán en torno a los 90 dólares por barril, ya que la producción de los países no pertenecientes a la OPEP aumenta y compensa buena parte de los recortes de la OPEP. Pero si surgen cortes de suministro o aumentan las expectativas de un invierno frío, podríamos ver petróleo a 100 dólares con bastante facilidad.