A nivel macroeconómico, los ajustes en el gasto público de EEUU están generando preocupaciones sobre el crecimiento, lo que ha provocado una reducción de la liquidez y una salida de los activos de riesgo. La narrativa sobre Trump ha cambiado de promesas de reducción de impuestos y desregulación a una que pone en duda el crecimiento económico. Además, los flujos de inversión en los ETF de Bitcoin han disminuido, reflejando un sentimiento bajista en el mercado. La Reserva Estratégica de EEUU sobre Bitcoin ha perdido relevancia, mientras que el sentimiento inversor sigue en terreno negativo, con niveles de miedo similares a los vistos tras el colapso de FTX en 2022.
Abel Peña, de Bit2Me, señala que, aunque el sentimiento de mercado es pesimista, la corrección actual podría representar una oportunidad de compra. La diferencia de comportamiento entre el oro y Bitcoin refuerza la idea de que el primero es un activo consolidado con siglos de historia, mientras que el segundo aún está en una fase de adopción. Sin embargo, a largo plazo, las nuevas generaciones parecen más inclinadas a ver Bitcoin como una reserva de valor digital.
En el ámbito bancario, la adopción de criptomonedas sigue avanzando, con BBVA anunciando que ofrecerá Bitcoin y Ethereum en su plataforma. La entrada de bancos en el ecosistema cripto no representa competencia directa para empresas como Bit2Me, sino una oportunidad de colaboración. La implementación del reglamento MiCA en Europa ha permitido a los bancos sumarse a esta industria, lo que acelerará la adopción institucional.
Por otro lado, el mercado está en un punto de inflexión donde la atención podría desplazarse de la infraestructura blockchain a las aplicaciones que se construirán sobre ella. La tokenización de activos tradicionales, como acciones y bonos, es un área con gran potencial, ya que permitiría operar los mercados financieros 24/7 y ofrecer igualdad de condiciones entre inversores minoristas e institucionales. La regulación aún es un obstáculo en Europa, pero ya se han visto avances en EEUU con BlackRock, que ha tokenizado fondos por más de 1.000 millones de dólares.
A pesar de la incertidumbre en los mercados, las empresas e instituciones continúan desarrollando nuevas soluciones basadas en blockchain. En mercados como Asia y Oriente Medio, la inversión en el sector sigue en auge, con regulaciones más claras y proyectos que siguen atrayendo capital. Mientras tanto, en EEUU, el nuevo gobierno parece adoptar una postura más favorable hacia Bitcoin, reforzando la idea de que su valor estratégico será clave en el futuro.