El pasado 4 de febrero, China dio la bienvenida al año 4270 de su calendario, el año del tigre de agua. Después del año de la rata y el covid-19 y el buey y su esperanza, en el año del tigre aparece en la agenda económica del gobierno de Xi Jinping favorecer el crecimiento y aplicar políticas de flexibilización.
La situación de la macroeconomía china es muy distinta a la de Estados Unidos o la Unión Europea, y esto ya no es algo nuevo. No hay más que recordar que China en el año 2020 fue el único país que consiguió experimentar un crecimiento positivo (+2,3%). Además, mientras que el crecimiento económico apenas se espera que se modere un 1,6% en Estados Unidos en este 2022 y un 1,3% en la zona euro, el FMI estima que la economía China ralentice su crecimiento en un 3,3%. Si las proyecciones para el 2022 se hacen realidad, por primera vez en muchos años la economía española crecerá a un ritmo mayor que la china.
Para hacernos una idea de la evolución de la economía china basta con fijarnos en el crecimiento interanual por trimestres del pasado año. En el primer trimestre, el crecimiento fue del 18,3%, en el segundo del 7,9%, en el tercero del 4,9% y en el cuarto del 4%. Esta diferencia entre las dos mitades del año se puede explicar fundamentalmente por la escasez energética, los cuellos de botella, la política de “covid cero” y la denominada por el gobierno de Xi Jinping “expansión desordenada del capital” principalmente en el sector inmobiliario.
De esta forma, el gobierno chino, tiene el objetivo en el año del tigre de reestructurar la economía, reduciendo la dependencia en la inversión en el sector inmobiliario y canalizando los recursos desde el propio sector inmobiliario hacia la agricultura, la energía y la tecnología; aunque tal y como avisa WisdomTree este proyecto no se resolverá este mismo año, sino que es a largo plazo.
Ante esta situación de brusca ralentización de crecimiento, China se está preparando para impulsar de nuevo su economía, después de intentar adoptar medidas autoinducidas contra esta “expansión desordenada del capital” y al revés que la Unión Europea y Estados Unidos ya ha decidido recortar el tipo de interés en 10 puntos básicos. Pero, aunque lo parezca, no es que la economía china vaya a contracorriente del resto, es, simplemente, que se encuentran en momentos del ciclo económico diferentes. Además, junto a la reducción de tipos, el banco central también ha inyectado 700.000 millones de yuanes (96.434 millones de euros) a doce meses, lo que supone un incremento de 200.000. millones de yuanes (27,552 millones de euros) respecto a los vencimientos previstos. Las perspectivas de WisdomTree van más allá, la gestora espera una nueva reducción de los tipos en 25 puntos básicos durante el primer semestre de 2022.
En este sentido Diogo Gomes, Senior CRM de UBS AM Iberia, nos señala que las regulaciones implementadas por el Gobierno chino a lo largo del año pasado tuvieron un impacto negativo en los mercados y el crecimiento y avisa de que se espera un giro en las políticas, más focalizadas en apoyar el crecimiento económico.
Por otra parte, el Gobierno chino ya dedica el 7% de su presupuesto anual a empresas que estén apostando por el 6G. China ya ha batido el récord de velocidad 6G y parece mantener su liderazgo en materia tecnológica. Al fin y al cabo, Xi Jinping es consciente de que quién domine el 6G también dominará la inteligencia artificial, los coches autónomos o incluso una medicina que se espera que en el futuro sea remota.
Respecto al comercio exterior, todo parece indicar que China seguirá comprando territorios en África y América del Sur y seguirá fomentando el comercio exterior, sobre todo con su principal socio, Rusia, quién dota de 10.000 millones de metros cúbicos de gas y con quien espera seguir fortaleciendo relaciones internacionales en este nuevo año.