El primero de ellos y, probablemente, el más dramático, fue la expropiación del 51% de YPF en Argentina el 17 de abril de 2012. Para compensar la pérdida de reservas y de negocio, solo dos años después, en diciembre de 2014 Repsol se hizo con una petrolera canadiense, Talisman Energy por 10.400 millones de euros. Aunque fueron muchos los expertos del sector que achacaron el alto precio que había pagado.
Repsol ha tenido que hacer frente a la digestión de la nacionalización y de la compra de Talisman en un escenario muy poco favorable, de desplome de los precios del petróleo desde más de 100 dólares el barril.
¿Cómo lo ha hecho en bolsa?
Desde el 12 de abril de 2012, el día de la nacionalización de YPF, la compañía se deja en bolsa algo más de un 26%, aunque si se le suman los dividendos esta cifra se reduce al 3,71%. En este mismo tiempo, Chevron, una de las petroleras más grandes del mundo sube algo más de un 6% y un 27% al incluir dividendos.
La compra de Talisman tampoco mejoró mucho esta cifra y desde el 16 de diciembre de 2014 se deja algo más de un 22% y como en este tiempo ha rebajado su dividendo, la caída tras la retribución es de casi un 14%. En este mismo tiempo, Chevron ante las mismas incertidumbres del precio del petróleo sube casi un 9% y un 18% tras dividendos.
Sin embargo, la diferencia en lo que va de año se ha estrechado y en bolsa sube casi un 20% y un 22% con dividendos. La petrolera americana sube un 23% y un 28% con dividendos.
Los Indicadores técnicos
El conjunto de indicadores de Estrategias de Inversión dan una perspectiva mucho más positiva para Chevron que para Repsol en los próximos meses. A la petrolera española le dan una puntuación de 5,5, lo que la sitúa en fase de consolidación con una tendencia alcista en el medio plazo.
Una perspectiva que está en consonancia con las recomendaciones de los analistas, que apuestan por mantener los títulos con un potencial de apenas un 5%.
Para Chevron la situación es sobresaliente. Con una puntuación de 9, el valor está en fase alcista, sin casi ningún punto negativo en el medio ni en el largo plazo.
Los analistas optan por sobreponderar sus títulos con un precio objetivo que le otorga un potencial de apenas un 4%.
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