Desde el mínimo de 2012, los fondos de inversión han duplicado su patrimonio… ¿cuáles son los principales factores que explican este crecimiento?
El primer factor es lo que llamamos los flujos netos, es decir, que la gente ha aportado nuevo dinero a los fondos. Luego está la revalorización de los propios activos, los últimos cinco años han sido muy positivos tanto para la renta variable (10% anual en Europa) como para la renta fija (3% anual). Y, en tercer lugar, más estructural, las entidades financieras han empujado a los inversores a asumir riesgos con fondos de inversión, hemos dejado atrás el periodo en el que querían que contratarán depósitos para fortalecer su balance, ahora lo que buscan es que inviertan en fondos, pues a través de ellos se puede conseguir más rentabilidad y a las entidades les reporta más comisiones.
Tres factores: flujos, rentabilidad de los activos y empuje de los bancos explican el éxito reciente de los fondos de inversión.
De hecho, según los últimos datos de Inverco, cada vez es menor la aversión al riesgo de los españoles, con mayores crecimientos para los productos con exposición a renta variable, ¿está cambiando el perfil conservador tradicional o solo es la ausencia de rentabilidad en otros productos?
Cuando la gente ve el retorno que le ofrece un fondo frente a la de un depósito y se traslada hacia el primero, asumiendo un poco más de riesgo. Es verdad que el perfil está cambiando poco a poco, bien porque los bancos están empujando a los inversores a asumir más riesgos con fondos mixtos (aunque sean conservadores), y también porque la gente busca más rentabilidad, que no la encuentran en los productos clásicos. Hay un poco de esas dos corrientes.
Sin duda, todo depende de la tolerancia al riesgo y el perfil del inversor, pero, el momento actual, ¿es más de fondos mixtos o de renta variable pura?
Sí, depende del perfil de riesgo de cada uno. Aunque, concretamente, yo diría que hay que distinguir entre lo que es el riesgo que uno quiere asumir y el que uno puede asumir. Personas muy jóvenes, preparando la jubilación, aunque sean muy conservadores, pueden asumir riesgo porque tienen un horizonte temporal más largo, y ese tiempo hace que la volatilidad de la renta variable se amortigüe.
Aquí yo creo que es gran parte el trabajo del asesor el convencer a determinados inversores a asumir más riesgo y a otros menos, adecuar el perfil de riesgo que te pide el cuerpo y el que te pide el horizonte temporal.
Es más, para mí el nivel de riesgo lo tiene que fijar el horizonte temporal, más que la comodidad o no con determinadas inversiones, sobre todo si uno quiere obtener una rentabilidad decente con sus ahorros.
Sin prisa, pero sin pausa, la normalización de la política monetaria se aproxima a ambos lados del Atlántico, ¿cómo puede el inversor aprovechar este cambio de paradigma o protegerse de él?
Hay varias opciones. Básicamente para la parte de renta fija, pues reducir la duración, es decir, invertir en fondos que invierten a menos largo plazo, porque son los que menos van a sufrir en caso de subidas de tipos. Pero, insisto, la normalización va a llegar antes a Estados Unidos que a la Zona Euro. De hecho, aquí no veo un incremento inminente, porque las economías no están lo suficientemente boyantes, ni hay riesgo de inflación. Lo más probable es que se mantengan bajos durante bastante tiempo.
Pero si uno cree que hay riesgo de tipos debe reducir la duración, o también otra opción es pasar una parte de la cartera a liquidez. No veo ningún problema a esta alternativa, siempre que sea coyuntural, es decir, de forma táctica, teniendo en cuenta que la renta fija no da mucha rentabilidad, incluso en un fondo monetario se puede perder dinero, sobre todo si las comisiones son muy altas.
De hecho, hay que controlar mucho los costes, porque en un entorno de tipos de interés muy bajos y de rentabilidades muy bajas, si uno puede reducir el coste de sus inversiones eso sí que se traduce en una rentabilidad futura.
Finalmente, los expertos coinciden en que quizá el euro haya ido demasiado lejos y que el dólar tiene que revalorizarse, sin embargo, el primero no para de escalar, ¿cuáles son los fondos adecuados para hacer frente al efecto divisa sin perder rentabilidad?
Hay una forma de protegerse que es invertir en fondos cubiertos a euros, ahora bien la dificultad es identificar esas clases, porque cada gestora tiene su propia nomenclatura. Ahí, lo que hay que hacer es contactar con la propia entidad gestora y que nos diga cuáles son las clases cubiertas a euros, porque no hay una homogeneización en este sentido.
También debemos tener en cuenta el coste de esta cobertura. Para una inversión de largo plazo mantenemos la postura de que uno podría perfectamente olvidarse del efecto divisa, porque habrá años en el que sea favorable y años en los que no, lo que a la larga más o menos se amortigua.