Cinco años sin beneficios. ¿Cómo se mantiene un modelo de negocio así? ¿Dónde encontramos la creación de valor como inversores? Porque los inversores lo encuentran... en el año suben un 15%.
El de Oryzon Genomics es un negocio a largo plazo. Su símil serían, por ejemplo, las empresas gasistas, que hacen grandes inversiones para obtener bolsas de gas y luego en estos años cuando las encuentran, hacen las canalizaciones y las llevan para la comercialización, y es a partir de ese momento cuando vienen los ingresos. Nuestro modelo es muy similar. Invertimos en el nuevo fármaco en sus diferentes fases; primero en descubrimiento, luego en preclínica, en Fase I y Fase II y licenciamos después a la gran farma, que es cuando llegamos a nuestro mercado y vamos generando todos esos ingresos que se acumulan de forma mayoritaria a partir de este momento.
Dicho esto, la creación del valor de la empresa pasa por los avances que se producen en las diferentes etapas, que van acumulando un mayor valor para un menor riesgo. Esto es realmente la generación de valor. En este sentido, Oryzon salió a bolsa en diciembre de 2015 con un valor de 96 millones y hoy la compañía vale 215 millones; ahí está la creación de valor de la empresa que, además, debería estar más reconocida en el mercado, al menos por las opiniones que tienen los analistas y especialmente porque los fundamentales que hoy por hoy están muy bien.
Las pérdidas de Oryzon en 2020 incluyen gastos de 1,6 millones de euros, entre los que se recogen los costes del estudio ESCAPE. ¿En qué punto se encuentra este estudio destinado a enfermos graves de Covid-19?
El estudio está avanzando de manera definitiva. Estamos en la recta final del reclutamiento de pacientes y estamos expectantes por saber los resultados. Hay que tener en cuenta que este estudio está, además, investigando el efecto en el sistema inmunológico de los pacientes de nuestro fármaco, que tiene un potente efecto antiinflamatorio en otras enfermedades, y una parte de estas evaluaciones se realizan mediante una instrumentación muy sofisticada, unos aparatos específicos de los cuales, en España, en estos momentos, solamente hay dos. Con este flujo de pacientes que Oryzon está teniendo en esta recta final del reclutamiento y el ritmo de análisis, la compañía espera en los próximos meses (durante la primera mitad del año), hacer un avance de los resultados de ESCAPE.
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Han invertido más de 11 millones de euros en I+D en 2020. ¿En qué programas y estudios clínicos, más allá de ESCAPE, han apostado y avanzado más?
Esta es una de las grandes bellezas y características de Oryzon, que es una empresa que realiza un esfuerzo enorme en investigación y desarrollo de sus fármacos experimentales.
La compañía presentó unos avances muy significativos en diciembre en la Conferencia de la Asociación Americana de Hematología (ASH) en el ensayo de oncología de leucemia ALICE, al reportar más datos, más pacientes y más tiempo de análisis de las respuestas; estamos viendo respuestas muy positivas, con remisiones (algunas de ellas más largas de uno o dos años) y unos niveles de respuesta que son muy prometedores.
Otra parte del esfuerzo que está haciendo la compañía se da en el área del sistema nervioso central, donde las enfermedades psiquiátricas están siendo desplegadas después de que los resultados que Oryzon obtuvo el año pasado en los ensayos en Fase II A fueran todos positivos en reducción de la agresividad. Este año ya hemos recibido la aprobación de la Agencia Española para iniciar el estudio de Fase II B en enfermos con Trastorno Límite de la Personalidad, en nuestro estudio PORTICO, y estamos a la espera de iniciar el reclutamiento en los próximos días; se trata de un estudio muy ambicioso de 160 pacientes, con un diseño adaptativo que nos permite cambiar el tamaño del mismo si fuera necesario. También tenemos previsto lanzar de forma efectiva durante el segundo semestre, aunque todos los preparativos se hagan en este primer semestre, otro estudio en Fase II B en esquizofrenia, para mejorar los síntomas negativos y el trastorno cognitivo en pacientes con esta enfermedad.
Asimismo, hemos empezado también unos estudios prospectivos, observacionales, en lo que es la apuesta de la compañía por la medicina personalizada en psiquiatría, tanto en colaboración con el hospital de La Paz en Madrid en enfermos de Phelan-McDermid (variante de autismo), como el reciente acuerdo que se firmó con la Universidad de Columbia en Nueva York, para hacer un estudio observacional en la comunidad amish de Pensilvania, donde tienen una mutación específica que produce esquizofrenia.
Por tanto, la compañía está haciendo un gran despliegue y despegue en ensayos clínicos absolutamente rotundos y esto se refleja en unas inversiones de gran magnitud.
¿Por dónde pasa el Plan Estratégico de Oryzon para este 2021?
Como se ha podido ver en los resultados de final de año, la compañía tuvo una financiación muy importante y hemos terminado con una caja de 39,5 millones. Esto quiere decir que tenemos asegurada la inversión “coste-estructura” para los próximos trimestres, con lo cual Oryzon se encuentra en una posición muy cómoda y la incertidumbre que podría derivarse del Covid en nuestro caso está significativamente mitigada con la ronda de financiación que hicimos en endeudamiento de 6,1 millones el año pasado, más algún préstamo público, prácticamente 7,5 millones, más la ronda en equity que hicimos de 20 millones en el mes de junio, con lo que ha quedado más que cubierta la necesidad que pudiera surgir.
¿Cree que esta pandemia servirá para que las administraciones españolas se den cuenta de la importancia de proyectos como el de Oryzon y otras biofarmacéuticas, y apoyen la creación y desarrollo de fármacos, para que estos se hagan en España y no en el extranjero?
Sería muy deseable, es lo que todos esperamos. Lo que hemos visto estos años ha sido un progresivo desenganche de todos los indicadores de la ciencia y la innovación española respecto a otros países más próximos a nosotros que son absolutamente comparables como Francia, Bélgica u Holanda, es decir, hemos perdido terreno y esto debería ser un elemento de reflexión. Cuando ha venido la pandemia nos hemos encontrado con una serie de problemáticas muy importantes y otros países como Alemania, Estados Unidos o Inglaterra han apostado fortísimamente por apoyar a sus industrias para conseguir dar una respuesta, pero aquí tampoco lo hemos hecho.
En España hay un gran talento humano, tenemos un sector biotecnológico y biofarmacéutico que en algunas partes de la cadena de valor está muy bien representado, tenemos buenas instalaciones de producción y fabricación, con un nivel de calidad muy alto, lo que son propiamente los ensayos clínicos están también a muy alto nivel, etc., pero lo que no hemos conseguido en España es crear esas biofarmacéuticas que sean capaces de producir, diseñar o "inventar" estos fármacos de alto valor añadido y que necesitan farmacólogos, farmacéuticos, médicos, biólogos, epidemiólogos... todos estos jóvenes universitarios que estamos formando y que luego no encuentran un futuro profesional en España. Esto debería ser un elemento de reflexión importante para encontrar, en esta nueva etapa y con los fondos de Next Generation que van a venir, un punto de inflexión. España no puede hacer un desistimiento de un sector estratégico de alta tecnología que produce un "seguro de accidentes" para cuando vengan las próximas pandemias o emergencias sanitarias y fiarlo todo a que los países vecinos van a tenerlo todo siempre disponible.
¿Qué se necesita para ello? ¿Qué medidas deberían adoptarse o cambiar desde la administración y la industria española?
Este tipo de situaciones requieren un diagnóstico integral, no hay una formula mágica y hay que entender también las preocupaciones que tiene un gobierno que tiene que atender una crisis económica como la que viene. Pero dicho esto, y con toda esa comprensión, sí que es verdad que lo que se echa en falta es una política integral de financiación de la innovación en España que tenga en cuenta el sector público, que ha estado subfinanciado en los últimos 12 o 15 años, pero que tenga también en cuenta el sector privado. En otros países existen unos instrumentos de financiación que nosotros no tenemos en estos momentos; organismos como el CDTI u otros que habían jugado en el pasado un papel importante en la financiación de proyectos empresariales, tienen una visión absolutamente conversadora que no está a la altura de la época y de los tiempos y creo que hay que abrir una reflexión colectiva de cómo a nivel público-privado, y con la participación de las empresas, somos capaces de dotarnos de los instrumentos financieros para sacar adelante estos proyectos de alto riesgo pero de muy alto valor añadido que producen elementos de salud así como la nueva economía y esos puestos de trabajo que todos estamos buscando. Es una visión holística, pero creo que realmente los instrumentos de financiación que en estos momentos tiene el Estado Español son insuficientes y los organismos que antaño desempeñaban un papel mucho más eficaz están en estos momentos trabajando a un nivel subóptimo.
Mensaje para los inversores
Oryzon ha tenido un año muy positivo y ha producido una sucesión de buenas noticias, a pesar de las muy adversas circunstancias que todo el país ha atravesado, con un avance sustancial de los ensayos clínicos y con una consolidación de los fundamentales de la compañía. La empresa tiene por delante un año fantástico y excitante, donde vamos a definir los nuevos ensayos clínicos en oncología para poder enfocarlos a tener ensayos con propiedades de registro y aprobación, un tema que iremos haciendo público a lo largo del año. Desde el punto de vista de equipo y de proyecto, Oryzon está en un momento muy esperanzador.