También los datos de actividad europeos decepcionaron en enero. Según Eurostat, el PIB de la región sólo creció un 1,8% durante 2018, la menor expansión en cuatro años (en 2017, creció un 2,4%). En tasa interanual, la expansión de la zona del euro ha sido del 1,2% en el último trimestre del año. Sí, podemos decir que estamos ante un enfriamiento de la economía.
Sin lugar a dudas, hay razones para ser pesimistas, pero como inversores tenemos que preguntarnos: a pesar de la mayor debilidad del entorno económico, ¿están los activos de riesgo europeos descontando ya una recesión?
Las acciones cíclicas europeas tuvieron una rentabilidad inferior a las defensivas de aproximadamente un 20% durante la segunda mitad de 2018, lo que implica por lo menos una desaceleración e incluso una recesión. Además, los gestores de fondos ya están infraponderados y nuestros estrategas del equipo de multiactivo recomiendan una posición infraponderada o neutral en estas acciones. Por lo tanto, parece que una recesión ya está descontada. Ahora estemos atentos a cualquier indicio de un cambio de tendencia, ya que debería provocar que los activos de riesgo europeos protagonicen un repunte y generen rentabilidades superiores.
¿Por qué entonces son los inversores demasiado pesimistas con la renta variable europea?
2018 fue un año duro para esta clase de activo, el MSCI Europe cayó un 10,6% debido a las guerras comerciales, el fin del programa de flexibilización cuantitativa y un crecimiento lento. Razones no les sobran, pero debemos tener en cuenta que en la mayoría de los países de Europa las valoraciones están por encima de los niveles de las dos recesiones anteriores.
Una excepción es Italia, donde la incertidumbre política y las preocupaciones sobre la salud del sistema bancario siempre están presentes y hace que las valoraciones del FTSE MIB estén por debajo de los niveles alcanzados durante la crisis de deuda soberana. La otra es Alemania, donde las valoraciones actuales del DAX están por debajo de las alcanzadas en la crisis financiera mundial de 2008/09.
La crisis financiera mundial de 2008-2009, probablemente sea un evento que ocurre una vez cada siglo. Sin embargo, la segunda crisis mencionada, la crisis de deuda pública de Europa, es un hecho que se puede volver a repetir, aunque los reguladores y el BCE hayan tomado medidas para mitigar que vuelva a suceder.
En este sentido, la economía alemana, excesivamente orientada a las exportaciones, pone al país en una situación especialmente vulnerable. Así, las tensiones de la guerra comercial y el Brexit podrían desequilibrar dos de los mercados de exportación más importantes para Alemania. Pero, ¿esto justifica los niveles de valoración extremadamente bajos? En Schroders no pronosticamos una recesión ni para Alemania ni para la eurozona en 2019, lo que nos lleva a ser más positivos con los activos de riesgo europeos que el resto del mercado. Prevemos un crecimiento del 1,6% para la Eurozona en 2019 y un 1,7% en 2020. Para Alemania, la previsión es del 1,4% y 1,6%, respectivamente.
Nuestra naturaleza de stock pickers hace que busquemos oportunidades en acciones específicas que estén mal valoradas y tenemos claro que algunas partes del mercado europeo cayeron hasta lo que considerábamos niveles sobrevendidos a finales de 2018.
Además, algunos sectores económicamente sensibles están operando a niveles de Precio por Beneficio muy bajos, mientras que muchas acciones defensivas están en niveles récord. Los precios de las acciones de muchas compañías en sectores como el automovilístico o el sector de la paquetería parecen estar descontando un escenario extremadamente pesimista. Estas son áreas en las que consideramos que habrá oportunidades si el sentimiento del mercado mejora.
El crecimiento económico no es el único impulsor de los precios de las acciones, otro motor puede ser la reestructuración de deuda para generar crecimiento, lo que podría suponer una subida del precio de las acciones. Como siempre, incluso cuando las acciones parecen muy baratas, es imposible decir con certeza que el mercado comenzará a valorarlas al alza. La atención inmediata ahora está en Brexit y las guerras comerciales. Estas y otras cuestiones podrían continuar resultando perjudiciales para los mercados de renta variable, pero estos eventos ya podrían estar descontados en los precios. Por lo tanto, las acciones europeas están en niveles de valoración atractivos y tienen potencial para generar rentabilidades superiores.